Ansu Fati acaba con la depresión en diez minutos
Hay jugadores con ángel, chavales que parecen predestinados para cumplir el guión que a cualquier guionista le rechazarían por ser demasiado increíble. Ansu Fati es de esos. El joven delantero del Barça necesitó diez minutos después de 11 meses para devolver la sonrisa a un club deprimido. Regresó Ansu y el Barça ganó 3-0 al Levante con el tercer tanto obra del canterano. La vida se vive diferente desde ayer por la tarde en el Barcelona. Ha vuelto Ansu y lo ha hecho como lo dejó, con el gol entre ceja y ceja.
La gastroenteritis de Sergi Roberto, que le hizo ser baja a última hora, fue la última mala noticia que recibió un Barça que lleva demasiado tiempo acumulando desgracias. A la que el balón se puso en juego, el equipo blaugrana empezó a recuperar dinámicas que parecían olvidadas.
Facilitó la tarea que el equipo blaugrana se viera a los seis minutos con un tanto a favor marcado de penalti por Memphis, que así de paso se desquitaba de sus dos errores clamorosos en el último partido ante el Cádiz. El penalti fue cometido por Radoja sobre el propio holandés, que entraba en el área tras superar a Miramón.
Con el 1-0, el Barcelona siguió apretando la salida de balón de un levante que no pasa ni mucho menos por sus mejores momentos y antes de cumplirse el primer cuarto de hora de partido, Luuk de Jong, otro que necesitaba marcar como el aire para respirar, marcaba su primer tanto como blaugrana y anotaba el 2-0.
Con el Levante fuera de un partido que se jugaba al ritmo que marcaba Gavi, que con 17 años ofrece un desparpajo asombroso, el Barça tuvo la oportunidad de cerrar el encuentro antes de la media hora de juego, pero Piqué, a un metro de la línea, no acertó a desviar dentro un balón que era un gol cantado.
Ni al Barcelona ni a Koeman no le basta con ganar partidos, hay que cambiar escenarios y para eso eran necesarios goles. Jugó el equipo blaugrana para conseguirlos, pero Aitor estuvo más listo que Gavi, que intentó hacerle una vaselina propia de un jugador tan descarado como él, se lució ante un cabezazo de Memphis y supo recuperar a tiempo cuando el delantero holandés le superó al controlar un pase al espacio de un Gavi desatado.
Se fue el Barça al descanso con buenas sensaciones por el juego, pero con un resultado corto, lo que para un equipo de moral tan endeble como es el blaugrana siempre supone un riesgo. El Levante, que no se había acercado a Ter Stegen ni una sola vez en 45 minutos, podía consolarse pensando en que lo mejor era el resultado. De marcar un gol pronto haría regresar al equipo catalán a la zona de las dudas. La temporada pasada, sin ir más lejos, perdía por 0-2 ante el Barça al descanso en un partido que acabó empatando a tres.
Quizás ese recuerdo fue el que hizo al Barça salir extrañamente concentrado en el reinicio del partido, que mantuvo la tónica de la primera parte: con Memphis manteniendo un duelo personal con Aitor, que era quien mantenía a flote a un Levante muy perdido.
A falta de media hora de partido, Paco López se jugó su mejor carta sacando al campo a Morales, mientras que en el Barça Schreuder hacía ingresar a Riqui Puig por Coutinho al tiempo que el Camp Nou coreaba el nombre de Ansu, que empezaba a calentar.
El Barça seguía sin ampliar la ventaja ante el Levante y a falta de nueve minutos, ingresó en el campo Ansu Fati, que recibió una emocionante ovación. La emoción del momento descentró al Barça que dio el partido por cerrado antes de tiempo y el Levante aprovechó el momento para estirarse a ver que caía. Morales chutó alto a la primera y a continuación Ter Stegen tuvo que emplearse a fondo ante Pablo Martínez.
Pero tras esta amenaza empezó el festival catártico de Ansu, que en su primera cabalgada casi fuerza un penalti, en la segunda se asoció con Memphis y en la tercera robó un balón con regate de ruleta, condujo, disparó, marcó y el sol volvió a salir en Barcelona.