Bastianini desquicia a Bagnaia
El bueno en Ducati, o el mejor, es Enea Bastianini, que en el GP de Francia ha conquistado su tercera victoria del año. Casi nada para un piloto satélite, que lleva la moto del año pasado y que aún no tiene decidido su futuro, al jugarse con Jorge Martín el sillín que queda libre en el equipo oficial, para ser compañero de Francesco Bagnaia, al que ha desquiciado en Le Mans cuando por momentos parecía que sería el ganador de Jerez el que se llevaría la victoria en esta pista.
La Bestia arrancaba quinto desde la parrilla, se puso segundo en la salida, cayó hasta la cuarta plaza y, sin prisa pero sin pausa, comenzó con su remontada firme hacia el liderato de la prueba y la posterior victoria. El pupilo de Carlo Pernat se benefició primero de la caída de Rins cuando marchaba tercero, en la tercera vuelta. Luego, se pegó a rueda de Miller, que llegó a liderar durante las tres primeras vueltas, pero sólo hasta que Pecco le superase sin mostrar nada de oposición. Es como si el australiano tuviera asumido que el jefe de filas en el box oficial Ducati es el italiano sí o sí. El caso es que Bastianini, que no entiende de pilotos oficiales y satélites, se pegó a la rueda de Jack y se lo ventiló en la duodécima vuelta. A partir de ahí, ya le quedaba por delante nada más que Bagnaia, para el que tenía un plan...
El piloto del equipo Gresini recortó las decimillas que le llevaba el ganador de Jerez paulatinamente, y fue en la vuelta 21 cuando desencadenó su ataque. La Bestia superó a Pecco en la primera variante de la chicane (curva 3) y el oficial le devolvió la maniobra al satélite sólo tres curvas después. Lejos de ser un contraataque definitivo, el italiano se colaba dos curvas después, en la 8, y le abría las puertas de par en par a Enea para ponerse en cabeza. Nueve décimas perdió Pecco en esa acción y las quiso recuperar desquiciado demasiado rápido, porque antes de acabar la vuelta se iba al suelo en el penúltimo viraje. De ahí a meta, paseo triunfal de Bastianini, para recibir el banderazo con 2.7 de ventaja sobre Miller.
El podió lo cerró Aleix Espargaró con su Aprilia y un par de narices, porque fuie capaz de frenar hasta el final el empuje del gran héroe local un Quartararo que quería saludar desde el tercer peldaño a los 110.003 espectadores que llenaron a reventar el trazado francés. Por cierto, fue un espectáculo oírles entonar La Marsellesa antes de que arrancara la carrera. Piel de gallina incluso sin ser francés.
Ellos dos se favorecieron para ganar una plaza de la caída de Mir cuando rodaba cuarto. Estaba a sólo 0.5 de la pelea por el podio y remataba así un fin de semana funesto para Suzuki, la misma fábrica que el jueves confirmaba en un tibio comunicado que dejará el Mundial al acabar la temporada. ¿Será cosa del Karma? Menos mal que ni a Mir ni a Rins les pasó nada, y eso que Álex tuvo una fea caída, porque fue tras hacer motocross por la escapatoria de la chicane y volver al asfalto demasiado rápido con la moto desalineada.
El que también se benefició de las tres caídas que hubo por delante suyo para ganar posiciones fue un Marc Márquez que acabó sexto, a cuatro segundos de Zarco y a quince de la cabeza. Demasiado lejos. Corren malos tiempos para el ocho veces campeón del mundo, porque esta Honda que tanto prometía en los test de pretemporada está resultando ser un zambombo que cuesta mucho meter en las curvas. Aún así el del Repsol Honda se las apañó para dejar una de las pasadas de la carrera, cuando superó de una tacada a Nakagami y Quartararo en el viraje de entrada a meta de la primera vuelta. Se enredaron entre el nipón y el francés, que se salió ligeramente, y les dio una buena lijada a ambos con la moto tirada.
Para Marc hubiera sido mucho mejor una carrera bajo la lluvia o de flag to flag, pero llovió a la hora equivocada en base a sus intereses, en el inicio de la carrera de Moto3 y no en la de MotoGP. "He contado demasiado pronto", dijo después riéndose en la sintonía de la Cadena SER. 48 son ahora los puntos que le saca Quartararo al frente de la general, un piloto que acabó frustrado por ser sólo cuarto delante de su gente. Su consuelo es que sigue líder, pero ahora con tres puntos menos de ventaja, porque Aleix sigue segundo nada más que a cuatro de distancia. El tercero es Bastianini, a ocho, y, visto lo visto, habrá que contar con él en serio en clave de título, porque lleva tres victorias de siete posibles y no se cansa de que sea el día de La Bestia.