Brasil supera con lo justo a Perú y está en la final
La selección peruana llegó muy tarde a la cita. Brasil es demasiado equipo como para regalarle todo un tiempo, que fue lo que hizo Ricardo Gareca al plantear una alineación inédita y defectuosa en la semifinal. Los locales se aprovecharon de un primer tiempo calamitoso de Perú para marcar el único gol del partido, y, aunque sufrieron para mantener su valla en cero en la segunda parte, a los de Ricardo Gareca no les alcanzó. La blanquirroja deberá conformarse con un posible tercer puesto, mientras que el scratch buscará defender su título el fin de semana.
Perú empezó perdiendo el partido antes de recibir el primer gol. La línea de cinco defensiva planteada por Ricardo Gareca funcionó mal cada vez que se puso en práctica, pero aún así el argentino la colocó ante el mejor equipo de América. La selección ocupó espacios que no tenía que ocupar, marcó a quien no tenía que marcar, y, peor aún, dejó jugar a los que tenía que presionar. Fue una lección de cómo no defender ante un equipo que dio una lección de cómo atacar.
La selección brasileña generó cuatro jugadas muy claras de peligro antes de marcar el primero. Después de que Richarlison fallara un remate con la portería desocupada, Pedro Gallese tuvo que realizar dos tapadas de antología, luego de tiros a quemarropa desde el área chica. Los tres centrales peruanos sólo aparecían en las imágenes llegando tarde a las citas, corriendo lento detrás de los locales: Perú era el epítome del desorden.
Lucas Paquetá marcó el primero luego de una brillante jugada de un Neymar que aprovechó que sus tres marcadores -sí, tres, dentro del área- le tuvieron tanto miedo al ridículo que terminaron ridiculizados por el artista brasileño. Fue gol de Paquetá pero pudieron haber marcado antes Richarlison, Casemiro o cualquier otro: Brasil jugó contra una defensa fantasmagórica, inexistente, pasmada. Demasiadas licencias para el mejor equipo del torneo.
Llegar tarde es no llegar
El planteamiento del primer tiempo fue tan malo que sólo podía mejorar en la segunda parte. Gareca identificó cuáles habían sido los puntos débiles de la selección: la lentitud en defensa y la falta de desequilibrio en ataque. Por eso, las salidas de Ramos y Trauco para dar ingreso a Raziel García y Marcos López tenían todo el sentido del mundo. Y la propuesta funcionó.
Perú, como nos tiene acostumbrados ya en esta Copa América, mejoró radicalmente en el segundo tiempo. Con un mediocampo más parecido al habitual, con cinco futbolistas dinámicos y móviles, la blanquirroja encontró los espacios y estuvo cerca de empatar el partido. Gianluca Lapadula se sintió más acompañado y casi logra superar a Éderson con un buen zurdazo desde la izquierda. García probó también desde fuera, pero el arquero del Manchester City volvió a mostrarse sólido.
Brasil desapareció por completo en la segunda mitad, lo que refuerza la hipótesis de que la primera media hora del partido fue una combinación de un ataque inspirado y una defensa aterrorizada. Alexander Callens pudo anotar el empate a los 75’, pero su cabezazo se fue desviado. Perú quizás mereció más, pero el primer tiempo regalado costó demasiado caro. Es imposible no preguntarse cómo hubiera terminado esto si Gareca no se hubiera equivocado con el planteamiento inicial, pero es muy tarde para conjeturas. Lo único cierto es que Brasil está en la final y Perú peleará el tercer puesto.