Curry, el gran rey del triple
Wardell Stephen Curry II ya era el mejor tirador de la historia antes de este partido en el Madison Square Garden, en la Meca del baloncesto, en Manhattan. Ya era el padre de la revolución que ha transformado la NBA (y más, todo su deporte: el baloncesto) en la última década. Pero desde ahora es, también, el jugador que más triples ha anotado en la historia de la NBA. Como si estuviera guionizado, Curry esperó al Madison, a la Meca. A una de las mayores cajas de resonancia mediática del mundo del deporte. Y allí, en el año 75 de la Liga, en el corazón de Manhattan y contra los viejos Knicks, se convirtió en el jugador con más triples anotados tras superar los 2.973 de Ray Allen, cuyo reinado ha durado una década: adelantó en febrero de 2011, nada menos que en un Celtics-lakers, a Reggie Miller.
Llegó con solo uno menos (2.972) a la pista en la que Steph se convirtió en Steph: fue un 27 de febrero de 2013, cuando todavía no era la supernova que vino a partir de entonces y se le conocía más por su talento diluido entre permanentes lesiones de tobillo. En el Madison Curry anotó 54 puntos y 11 triples con un 11/13. Tenía 24 años y 350 días. De ahí a este 14 de diciembre de 2021, con 33 años y 275 días. Entre ambos partidos ha habido muy pocos problemas de tobillo y muchos triples. Hasta ponerse por delante de todos, el primero de siempre. Y ha habido, claro, un mordisco a la historia del baloncesto: tres anillos, dos MVP (incluido el primero unánime de siempre), siete All Star, dos títulos de Máximo Anotador de la NBA…
Stephen Curry, hijo de Dell Curry, otro reconocido tirador, salió al Madison con prisa y en menos de cinco minutos había anotado los dos triples que necesitaba. El récord ya estaba ahí. Primero embocó un tiro frontal tras fintar y después, tras un fallo, anotó tras recibir una asistencia de Andrew Wiggins, soltando la bola muy rápido, como si quemara. Por detrás, según volaba ese lanzamiento, su triple 2.974, ya estaba Ray Allen, que cruzó la pista para abrazarle. Y Reggie Miller, que formaba parte del contingente televisivo de TNT y les grababa con su móvil. Los tres juntos, un podio de leyenda reunido en el Madison, la madre de todos los escenarios. Pura mística, pura NBA.
Los números abruman: Ray Allen anotó sus 2.973 triples en 1.300 partidos y más de 46.000 minutos en las canchas. En ninguna temporada, durante casi dos décadas, se perdió más de 40 partidos. Promedió 2,3 anotados y 5,7 lanzados por noche con un 40% de acierto. Y su tope en una temporada fueron 269. Miller, el asesino al que tanto odiaba aquel mismo Madison, anotó 2.560 en 1.304 partidos. Medias de 1,8/4,7 y un 39,5% en acierto. Por detrás de ellos dos, James Harden (2.509 en 903 partidos) y Kyle Korver (2.450 en 1.326). Curry ha llegado al récord en 789 partidos, 511 menos que Allen. En sus medias alienígenas del último lustro (4,4 por noche) podría llegar a los 1.300 partidos de Allen con más de 5.200 triples. En toda su carrera, Curry anota 3,8 de los 8,7 que tira en cada partido. Su promedia va por encima del 43%, solo se ha quedado por debajo del 40 en los cinco partidos que jugó en la 2019-20 y va camino de su cuarta temporada por encima de los triples por noche. Ahora está en 5,4, justo por delante de su récord particular (5,3, la pasada campaña). También es el único (402) que ha sumado más de 400 triples en una regular season.
Victoria ante los Knicks
En todo el embrollo por los triples y con Ray Allen de testigo, los Warriors se impusieron a los Knicks en el Madison. No fueron brillantes ni estuvieron especialmente acertados, pero lograron la victoria, la 23ª de una temporada en la que cada ves se asemejan más, o incluso superan, al equipo de los anillos. Fue un 96-105 con 22 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias de Curry, en otro mal día en el tiro que quedó sepultado bajo su espectacular récord. 18 para Wiggins, 19 para Poole, 8+11+7 para Draymond Green... Es decir, un poco de todo para el equipo de Steve Kerr (otro gran triplista como jugador, vaya), que contrarrestó sin demasiados alardes los 31 tantos de Julius Randle y apretó en un último cuarto en el que aumentó el nivel de acierto (32-34 de parcial) para frenar los intentos de remontada neoyorquinos y pone la guinda al récord con una victoria.
Curry, porque estos récords oficiales toman solo los datos de fase regular, tiene también el récord absoluto si se suman playoffs, donde ha anotado 470 triples. Solo le queda una última cota, un asalto final: los 14 en un partido de su compañero Klay Thompson, seguramente el segundo mejor tirador de siempre. Curry ha llegado una vez a 13, una a 12 y diez veces a 11. Cuando anotó aquellos 11 en el Madison, de hecho, el récord estaba en 12 (Kobe Bryant y Donyell Marshall). Ese, los 14, caerán también, seguramente, vencidos por un jugador imposible, que hace cosas que van más allá de lo que nadie hubiera siquiera imaginado antes de él. Wardell Stephen Curry II. El jugador con más triples de la historia, el mejor tirador de siempre.