Luka Doncic se vuelve a exprimir en los Dallas Mavericks
En los siguientes partidos al que pones el mundo a tus pies anotando 73 puntos no tienes una tarea sencilla. Has elevado el listón bastantes metros. Ahora se hace difícil llegar a él. Para Luka Doncic, sin embargo, merodear esas actuaciones de ensueño es cotidiano.
El día después a la hazaña protagonizada por el esloveno en Atlanta su equipo cayó frente a los Kings en un duelo importante de la Conferencia Oeste. Había que arreglarlo. Por eso se vio en la necesidad de llegar a los 45 frente a los Magic en este encuentro.
Orlando se vino abajo en el tercer cuarto después de controlar con puño de hierro la primera mitad y no pudo recuperarse posteriormente. El parcial de 35-12 que se comió en la manga posterior al parón habla a las claras de que vieron el partido tan en su poder que se olvidaron de que había más minutos por jugar.
Intentaron, con Paolo Banchero (36) tirando a fallar un tiro libre y Franz Wagner (21) cazando el rebote ofensivo, forzar la prórroga, pero la idea no llegó a su fin con el resultado favorable. El ídem con el que se firmó el acta de este enfrentamiento en el American Airlines Center fue 131-129.
Dallas se mantendrá como líder de su división, la Suroeste, y séptimo de la conferencia después de este triunfo. Con el balance de 26-21 que ahora atesora continúa luchando en la zona que da acceso a las rondas eliminatorias de manera directa, la posición que se espera que ocupe de aquí al mes de abril.
De esta fiesta tuvo enorme culpa Tim Hardaway. Sin lo que aporta Kyrie Irving como ayudante de lujo de Luka Doncic, alguien tiene que dar el paso adelante. El alero estuvo acertadísimo, errando sólo seis lanzamientos para terminar con 35 tantos en su haber.
Durante la primera mitad Dallas dejó demasiados espacios abiertos. Banchero metió 22 de los 77 de los Magic, entrenados por un Mosley que conoce a la perfección las debilidades de los Mavs porque era ayudante allí hasta hace un par de años. Anthony Black parecía tener una marca hecha en la esquina derecha. Los Wagner parecían conjurados contra Doncic y sus chicos. Mucha agua que achicar. Pero lo hicieron. Eran 16 de distancia a favor de los visitantes al descanso y cayeron con facilidad en un tercer cuarto de auténtico vértigo.
Hubo que exprimir a Luka un día más, metiéndole a jugar 43 minutos. Dio resultado. “Hemos reducido en tres sus minutos. Es un monstruo”, bromeó Kidd después.
Reduciendo al máximo las prestaciones de los Magic en ese tercer periodo, obligando a un 4/20 en tiros, cayó el muro. Hardy estaba haciendo de Irving y las noticias empezaban a tener un enfoque mucho mejor para los texanos. Se sobresaltaron cuando Lively, el pívot que tan buen año está haciendo, recibió un golpe en la nariz que le puso a sangrar; a tiempo para volver a cancha y aprovechar una de las 15 asistencias de Doncic. El esloveno repartió juego sin descuidar sus porcentaje de tiro, de nuevo por encima de la mitad con ese 12/23. Entre Banchero, Wagner y el propio Luka se jugaron el desenlace y ahí ganó el último. Franz cazó el balón en el antes mencionado tiro libre lejos del aro, lanzando un triple, pero el balón no cogió aro y la victoria quedó en terreno dalasita.