LeBron James no ha sido el único jugador de la NBA que ha entrado en los protocolos de salud y seguridad que la Liga ha establecido para combatir el COVID-19. Al alero de los Lakers se han unido en las últimas horas Coby White, jugador de los Bulls, y Austin Rivers y Bones Hyland, de los Nuggets.
Todos ellos se perderán un número indeterminado de partidos y quienes den positivo deberán estar alejados de sus respectivos equipo durante un mínimo de 10 días. La dinámica es preocupante pese a que el porcentaje de vacunados en la NBA sea del 97%. En los Bulls alcanza el 100%, pero ya son dos los jugadores que han estado de baja por el virus. El primero fue Nikola Vucevic.
La mayoría de las franquicias han puesto a disposición de los jugadores vacunas de refuerzo, pero en algunas franquicias la decisión de ponérsela queda a las preferencias individuales. Casos como el reciente de Joel Embiid invitan a recibir nuevas dosis. El pívot de los Sixers se perdió nueve partidos y confesó haberlo pasado muy mal: "Me golpeó fuerte. Realmente pensé que no salía de esta. Así de malo fue".
Plaga de lesionados
Pero a la pandemia que no termina de irse se han unido también una serie de problemas fisicos que harán parar a algunos nombres destacados de la competición. Devin Booker tuvo que dejar el partido ante los Warriors en el segundo cuarto. El escolta de los Suns sufrió una lesión en el tendón de la corva de la pierna izquierda.
Damian Lillard estará al menos 10 días de baja en los Blazers después de que una resonancia magnética confirmara una tendinopatía abdominal inferior. Y los Heat no podrán contar con Bam Adebayo entre cuatro y seis semanas tras someterse a una cirugía para suturar un desgarro en el ligamento colateral cubital en su pulgar derecho. Se perderá entre 15 y 20 partidos.