Resulta paradójico que un equipo tan experimentado como los Lakers, el más veterano de la NBA con aspiraciones al título, se dejara remontar 26 puntos en dos cuartos por una de las plantillas más jóvenes y con aspiraciones sólo a un buen lugar en la lotería del Draft. Pero el 56-30 del primer tiempo se esfumó en tan sólo un cuarto ya que al final del tercero los Thunder ya iban ganando. Tan sorprendente como lógico si tenemos en cuenta el gran mal que persigue a los amarillos.
Hay varias circunstancias que ayudan a explicar semejante colapso. Los Lakers no anotaron tiros exteriores en la segunda parte, tuvieron muchos problemas con las pérdidas, especialmente Russell Westbrook, su defensa flojeó hasta límites insospechados, y el rival se creció a medida que veía la debilidad de los angelinos. Además los de Voguel notaron el cansancio y encima LeBron James no jugó por un problema en el tobillo.
Sin embargo los Lakers tienen un problema mayor que la salud de LeBron por el que preocuparse: el tercer cuarto. Mientras la NBA no reforme sus normas, el tercer cuarto seguirá existiendo en los partidos y eso es malo para L.A. Como si de un sortilegio se tratase, el equipo de Voguel no ha ganado ni un sólo tercer tiempo en los cinco partidos que ha disputado. Es más, en alguno de ellos se le ha escapado el partido. Esta es la maldición:
- vs Thunder perdió 41-23
- vs. Warriors: perdió 30-26
- vs Suns: perdió 37-23
- vs Grizzlies: perdió 34-25
- vs Spurs: perdió 37-24
Las matemáticas no mienten. Los Lakers lucen un 121-179 en los parciales del tercer acto. Su defensa, algo que preocupa y mucho porque en los cinco primeros partidos han concedido 115 puntos a sus rivales por primera vez en la historia de la franquicia, concede más de 60 puntos de media.
¿Qué sucede en los vestuarios entre la primera y la segunda parte? La maldición del tercer tiempo no parece un problema de química, entendimiento o relajación pero el equipo sale del vestuario entregando esos 12 minutos de partido que ha menudo les condena.
"Ha sido una derrota dura de la que debemos aprender", dijo Voguel tras el partido ante Oklahoma. "Está claro que la la temporada regular es muy larga, pero queda claro que no puedes dejar de pisar el acelerador ante nadie". El problema es que los Lakers juegan los terceros cuartos con el freno de mano echado.