El Halo ya lleva dos
"Yo fui muy crítico con el Halo (dijo que había que cortarlo con una sierra), pero es la segunda vida que salva, así que tengo que reconocer que gracias que está con nosotros", dijo ayer Toto Wolff, jefe de equipo de Mercedes. Uno más de los grandes críticos del elemento introducido en la F1 en 2018 se tuvo que rendir ayer a la evidencia: será feo, antiestético, quita visibilidad y agrega 20 kilos al coche, pero es un salvavidas titánico.
Se vio con claridad en Bélgica 2018, cuando el McLaren de Fernando Alonso voló por encima del Alfa Romeo entonces de Charles Leclerc y rebotó sobre esta Y griega gigante, lo que evito aplastar la cabeza del monegasco, hoy una gran estrella de la F1 en Ferrari. Con la del domingo en Bahréin, el Halo ya lleva dos claras, aunque ha habido muchas más en otras categorías. Incluso leves, como la del propio Stroll volcando y raspando su Halo minutos después de Romain.
"Gracias por todos los mensajes. No era muy partidario del Halo hace algunos años, pero creo que es lo mejor que hemos traído a la Fórmula 1", confesó también Grosjean ayer, con los brazos en cabestrillo y las manos quemadas, retractándose de su inicial "el Halo no tiene sitio en la F1, no será igual ni hace falta porque desvirtúa la verdadera esencia de este deporte".
La realidad es que el Halo, el arco de titanio capaz de soportar un peso vertical de 12 toneladas (un autobús puesto encima), ha superado las expectativas y ayer se ganó a pulso su presencia en el campeonato. "No hay ninguna duda en absoluto de que el Halo fue el factor que salvó la vida de Romain", afirma Ross Brawn, ex jefe en Ferrari y Brawn GP y ahora en Liberty.
"Lo metieron tras el accidente de mi hijo y hoy ha salvado la vida de Romain, estoy encantada", aseguró ayer la madre de Jules Bianchi, accidentado en 2014 y fallecido en 2015. Su golpe fue el detonante final de la integración del Halo tras las desapariciones de Henry Surtees (2009) en F1, María de Villota (2013) o Justin Wilson (2015), todos víctimas del único elemento desprotegido que tienen, o tenían, los pilotos, la cabeza.
"Creo que hace cinco años no hubiera salido de este accidente", resumía Christian Horner, jefe de Red Bull, consciente de lo que ha cambiado el panorama de la seguridad en el campeonato. "Afortunadamente la seguridad es increíble con los trajes y el halo realmente le salvó la vida al empujar el guardarraíl sobre su cabeza", añadía Verstappen.
"A la FIA se le critica porque el coche es pesado y corre menos, pero es porque los hacen más duros con más fibra para que nos proteja en impactos laterales y siempre me tendrán de su lado, aunque el Halo pese 20 kilos y haga algo más aburrido de pilotar el coche, pero aumenta la seguridad. Nadie hubiese querido ver algo peor con Romain", decía Carlos Sainz en Bahréin. Al igual que Fernando, siempre han apoyado la introducción de este elemento.
La FIA ha abierto la pertinente investigación tanto del Halo como de la cabina de Grosjean, que hoy podría recibir el alta hospitalaria aunque le llevará tiempo, por las secuelas mentales y físicas, regresar al volante.
"Es un gran trabajo de la FIA y la F1, porque ha sido horripilante, pero vale para recordarnos a nosotros y los que nos ven que no salimos a pasear, nos jugamos la vida", decía Hamilton, cansado de que le quiten valor a sus victorias.
"La gente critica que era más divertido antes, cuando era arriesgado", acompaña Sainz, "pero el trabajo real es hacerlo más seguro para seguir yendo mas rápido, porque es un deporte", termina futuro piloto de Ferrari.