El Manchester United tropieza con la misma piedra
Faltó barro y charcos, pero el duelo entre el Burnley y el Manchester United tuvo todos los ingredientes de la Premier League de la década de los 90. Fue un partido vintage. Con una lluvia intensa, con viento, con frío, con balones largos y tipos grandes dándose codazos para ganarlos. Con la cámara fijándose en otros tipos grandes, los aficionados, con alopecia y tatuajes por todo su cuerpo. Fue un encuentro de idas y venidas, de choques. A la media hora, Harry Maguire ya le había dejado un moratón en el ojo a Wout Weghorst, su compañero de baile en Turf Moor, y los mancunianos habían marcado tres goles.
Aunque solo valió uno. El que anotó Paul Pogba llegando desde atrás para enviar un pase de la muerte de Luke Shaw a la red. Primer gol del francés en liga desde enero de 2021. Raphaël Varane celebró su estreno goleador con el Manchester United, pero vio cómo el VAR llamaba la atención de Mike Dean por un bloqueo de Maguire a Jay Rodríguez. No valió. Ni el tanto ni la celebración. Con el 0-1 ya en el marcador, Ben Mee, el capitán local, marcó en propia meta. Otra falta previa, en esta ocasión de Pogba sobre Erik Pieters, invalidó el tanto. Unos minutos más tarde los mancunianos reclamaron penalti tras una falta similar en la otra área, pero el colegiado no vio falta de James Tarkowski sobre Marcus Rashford. Nick Pope arrebató el protagonismo al árbitro con paradas cruciales que mantuvieron con vida a los suyos de cara al segundo tiempo. En el minuto 32, Edinson Cavani estaba solo en el segundo palo. Solo. Pero al meta le dio tiempo de llegar y tapar su portería.
Plantó la semilla Pope, y Rodríguez recogió los frutos. En la primera acción de la reanudación, el delantero empató con su primer gol en 50 partidos de liga. Ya tocaba. Weghorst se la devolvió a Maguire dejándolo atrás antes de asistir a su compañero. Tres minutos más tarde estuvo a punto de marcar su primer gol con un disparo potente desde la frontal. Lo evitó De Gea, que jamás había recibido un gol en Turf Moor previamente. Se repetía la pesadilla del Manchester United del viernes, cuando fue apeado de la FA Cup por un rival al que golpeó pero no sentenció. Sucumbió a ella el equipo de Ralf Rangnick. Incapaz de imponerse a un equipo que solo cuenta con una victoria en la Premier League. Su buen primer tiempo no tuvo continuación. Volvió a dejar a su rival con vida, y volvió a pagarlo. Ni la entrada de Ronaldo en los últimos minutos ni una ocasión de Varane cambiaron el curso del compromiso. El United sumó un punto que le cuesta el cuarto puesto. Al Burnley tampoco le sirve demasiado el empate. Sigue colista y ve ampliada la distancia con la salvación. Cuatro puntos le separa del 17º puesto, aunque sus rivales han disputado dos partidos más que ellos. Lo que sí ganan los de Sean Dyche es confianza en su lucha por la permanencia