Takefusa Kubo (19 años) ha tenido una temporada complicada. No ha gozado de la regularidad necesaria ni en Villarreal ni en Getafe y esto no le ha permitido brillar como si lo hizo en el Mallorca. Sin embargo, ha acabado con el mejor sabor de boca posible: anotó el gol que certificó la salvación de los azulones. Un zurdazo en el tramo final del partido ante el Levante para conseguir la victoria. La emoción y la rabia afloraron en una celebración en la que el futbolista dejó atrás todos los problemas atravesados en los últimos meses. El momento más especial del curso para él.

Pero no será el final. Kubo afronta un verano muy especial para él con los Juegos Olímpicos a la vuelta de la esquina. Japón será el país anfitrión y el jugador del Real Madrid, una de las estrellas a pesar de estar muy por debajo de la edad máxima (Sub-23). El equipo asiático lleva años preparando este torneo y cuenta con una generación muy ilusionante en la que Kubo es una de las cabezas visibles.

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Take no piensa parar de entrenar en todo el verano. A pesar de que está actualmente de vacaciones, el futbolista va a seguir trabajando para mantenerse en forma y mejorar su físico de cara a los Juegos y a la temporada que viene. La profesionalidad es una de las virtudes que más destacan desde su entorno más cercano.

Su futuro sigue en el aire. En el club creen que la mejor opción para él es una nueva cesión. Además, Vinicius sigue sin tener la nacionalidad y, aunque espera tenerla en los próximos meses, de momento no hay huecos de extracomunitario. A pesar de todo, no se descarta ninguna opción, y la idea del propio Kubo es poder hacerse un hueco en el primer equipo, tal y como se pacto a antes de salir al Villarreal. Dependerá en gran parte de las salidas que haya en el mercado.