EuroBasket: A Francia se le aparece un ángel
Puede que cuando llegasen al vestuario del Mercedes Benz Arena, los jugadores franceses todavía se pellizcasen los ojos, incrédulos por haberse clasificado para los cuartos del final del Eurobasket (86-87 en la prórroga). Turquía perdió hasta por tres veces la oportunidad de mandar a la anárquica selección de Collet a casa. Una de ellas, de manera lamentable. Con 12 segundos por jugar y 77-75 en el marcador, Osman falló dos tiros libres por una falta antideportiva de Gobert y luego extravió el balón de banda posterior. Gobert empató (77-77) y Tuncer tuvo el último tiro para ganar. Pero falló. En una prórroga también increíble, en la que Francia parecía haber liquidado ya con 82-87, Turquía también tuvo la última posesión pero Korkmaz, que había sido el líder en la prórroga, se emborrachó de balón en lugar de compartirlo con Osmani, que estaba solo y es relativamente fiable en el triple liberado. El partido, vibrante, se le esfumó a Turquía.
“He visto todos los partidos del grupo B. Ese baloncesto es otro nivel”. Ergin Ataman, viejo zorro, se puso el traje de víctima con tiempo en Tblisi y, nada más llegar a Berlín, además, se quejó de los traslados y del retraso en la descarga del equipaje porque su equipo no venía, como el resto (Colonia, Milán, Praga) de zona Schengen. Por si le faltaban motivos para esa piel de cordero, en el viaje se quedó Shane Larkin, una de las superestrellas turcas, con problemas en los dedos e inhabilitado para lanzar todo el torneo.
Turquía se conjuró, sin embargo, y jugó con todo el corazón del mundo su partido de octavos de final ante Francia. Mientras Collet hacía gala de fondo de armario (sólo en la posición de cinco movía a Gobert, Poirier o Fall), Ataman acortaba al máximo su rotación con apenas siete jugadores a los que movió con maestría. Entrenador de instinto, olisqueó que en Francia algo no iba bien pese a que los subcampeones olímpicos se habían manejado en distancias comodísimas durante un amplio espacio del partido.
Así que, aprovechando que Francia le abría la puerta, Turquía se metió hasta dentro y con un parcial de 19-0 hizo algo más que meterse en los octavos. Tomó el mando al final del tercer cuarto (57-49) y consiguió lo que nadie pensaba: que hubiese partido. Francia, boquiabierta, volvió al partido a base de tortazos turcos. Un triple de Fournier la repuso y le acercó a un punto (60-59). Ya desde ahí, el partido se movió en el filo. Un triple de Heurtel devolvió la ventaja a Francia (69-71), pero Hazer devolvió el golpe con otro triplazo (72-71). Korkmaz puso el 75-73 a 44,9 segundos del final después de una personal controvertida de Fournier. Francia había exigido tan poco a Turquía que pudo gastar faltas sin entrar en bonus. Con 25,6 segundos, Collet pidió tiempo pero le salió rana. Fournier piso la línea y luego cometió una antideportiva.
Francia parecía perdida, eliminada en cualquier escenario posible. Sin embargo, con 77-75. Osman cometió un doble estropicio. Primero, falló dos tiros libres y luego, rifó el balón en un saque de banda. Gobert, jugador del partido con sus 20 puntos y 17 rebotes, empató de manera increíble un enfrentamiento que fue a la prórroga después de un triple fallado por Tuncer. A Turquía no le quedaba gasolina más y hasta así luchó hasta la última jugada. Pero los dioses no vinieron a ver a Korkmaz. No hubo pasión turca en Berlín.