Cualquiera que se haya aficionado a la NBA en los últimos 11 años va a vivir en esta temporada algo insólito. Por primera vez desde 2010, ni LeBron James ni Stephen Curry protagonizarán una final por el título.

Ni Los Angeles Lakers ni los Golden State Warriors están ya en competición. De hecho, los de San Francisco ni siquiera disputaron los Playoffs ya que cayeron en el Play-in ante los Grizzlies y los campeones se tienen que bajar de su trono tras ser eliminados por los Suns, 4-2, en primera ronda.

Desde 2010 LeBron acumuló ocho viajes seguidos a las Finales antes de ganar el título el pasado año con los Lakers y con la salvedad de 2019. Curry se llevó tres campeonatos en ese tiempo y perdió dos, uno a manos de los Cavs de LeBron, el de la remontada tras ir ganando por 3-1, y otro ante los Raptors, hace dos años, tras la lesión de Klay Thompson.

La pregunta es ¿se trata de un cambio de ciclo? No necesariamente. Resulta complicado vaticinar que LeBron o Curry no volverán a las Finales en próximas temporadas. Los Warriors buscan reforzarse para volver a la élite lo antes posible y los Lakers, con Anthony Davis en la plantilla, tendrán que trabajar en verano, pero apostar contra LeBron generalmente ha sido una mala idea.

En cualquier caso, la NBA va a vivir una experiencia desconocida desde 2010, algo que muchos aficionados recientes verán por primera vez.