James Rodríguez y su peor enemigo en la Premier

James ya sabe quién es su peor enemigo en la Premier. Sí, las lesiones en la pantorilla que le vienen impidiendo alcanzar su mejor nivel desde el 2014, temporada en la que recaló en el Real Madrid. En su etapa en dos ocasiones por el club blanco ha tenido hasta siete parones por culpa de las lesiones en el sóleo o en la pantorrilla.

Por eso pocos entendían las razones de Ancelotti para sustituirle en el minuto 67 ante el Manchester United cuando había logrado el gol del empate a dos y su sola presencia era una amenaza para el rival. Sin embargo, cuando se retiró y habló durante unos segundos con el entrenador las alarmas saltaban sobre su estado físico.

El propio Ancelotti confirmaba que James ya tenía molestias en el descanso del encuentro, pero quiso arriesgar. El colombiano era consciente de que su equipo le necesitaba porque perdía por 2-0 y no se quería borrar bajo ningún concepto del encuentro. Por eso volvió al césped aunque con esos problemas físicos.

El técnico italiano, consciente del peligro de la situación, decidió sustituirle en ese minuto 67 con empate a dos y con su equipo lanzado en busca de la victoria. Lógicamente, la razón era el pánico a que se produjera una rotura muscular en esa pantorrilla que ya tenía muy cargada el futbolista colombiano.

Con el Everton, James ya se perdió cinco encuentros por unas molestias en uno de sus gemelos. Y todo empezó también con unas palabras de Ancelotti asegurando que eran unas pequeñas molestias, pero el futbolista tardó 25 días en regresar con el equipo. Por eso este nuevo contratiempo hace saltar todas las alarmas con respecto a qué va a pasar con los siguientes partidos. Ya con una sobrecarga es difícil que esté en condiciones de jugar en la FA Cup ante el Tottenham este miércoles 10 de febrero.

Sólo con sus clubes, James ha faltado alrededor de 25 partidos por culpa de estos problemas en los gemelos, prácticamente 150 días de baja, lo que ha condicionado en muchas ocasiones su rendimiento, al no poder tener la continuidad deseada. Es su punto flaco con respecto a las lesiones.

Ahora quizá se entiende mejor que Ancelotti no le convocara en el último partido ante el Leeds. El colombiano ya conoce perfectamente su cuerpo y éste le debió pedir parar. Sin embargo ante el United esa molestia tan traicionera ha vuelto a aparecer. Es su peor enemigo en la Premier, sin duda y el futbolista es consciente de que no puede arriesgar o el precio a pagar será mucho más caro. Mejor parar que no perderse los dos próximos meses de competición.

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