La Europa League también peligra: Barcelona 1-1 Nápoles
Sin Champions, sin Supercopa, sin Copa... y la Europa League pende de un hilo. Mira que lo intenta el Barça, pero no llega el impulso necesario para volver a subir el peldaño futbolístico que perdió el club azulgrana conocida su ruina económica. Las decepciones no se frenan y aunque están cerca de todo no tienen nada. Queda tiempo, aunque no lo tenga, para volver a ser el de antes. Su retorno a la Europa League no fue el esperado y el Nápoles le dejó claro que ahora está en otro nivel. No puede dar por perdida la eliminatoria, ni mucho menos viendo los últimos minutos, pero debe mejorar. Eso está claro.
Juntos somos imparables. El lema de la pancarta que se desplegó en la grada en los prolegómenos del partido refleja bien a las claras la situación de este Barça. Pese al horario y el día, el Camp Nou registró una muy buena entrada. Es el momento de olvidar todo lo sucedido en los últimos meses, aunque resulte muy difícil, y mirar sólo al futuro. El reseteo azulgrana sigue adelante y por delante sólo tiene retos atractivos. No debe ver como algo negativo que ante el Nápoles sonara el himno de la Europa League y no el de la Champions. Debe valorar la Europa League como un reto por ser el único trofeo que le falta en sus vitrinas, no como un fracaso por no haberse clasificado en la Champions. Recordemos que faltó poco para que no jugaran partido europeo ni los jueves. El resultado es malo, pero no definitivo.
La Europa League no es un caramelito para un equipo acostumbrado a jugar la Champions. 18 años después de que le eliminara el Celtic, el reencuentro azulgrana con la competición le medía a todo un Nápoles. Xavi, pese a que reservó de inicio a Busquets y Gavi, sacó un equipo más que competitivo con la primera titularidad para Aubameyang. En los italianos la manija la llevaba Fabián, viejo deseo azulgrana. Pedri y Nico tuvieron las primeras ocasiones del Barça antes del cuarto de hora inicial. El juego de toque de los de Spalletti y sus salidas rápidas a la contra eran una declaración de intenciones a la mayor posesión de los locales. Así, en el minuto 21, Osimhen tuvo un mano a mano algo escorado ante Ter Stegen que detuvo el meta alemán.
El guión del partido deparó un choque abierto con ocasiones en ambas porterías. Faltaba saber quién se adelantaría en el marcador. Ferran estuvo cerquísima con un remate que se le fue fuera por poco, sólo medio minuto antes de que el Nápoles se adelantara en el marcador por mediación de Zielinski tras un gran recorte previo de Elmas. El Barça no acusó el mazazo y siguió buscando con ahínco la meta defendida por Meret. Adama no ha bajado el pistón desde su llegada y volvió a ser un peligro en su banda. A Aubameyang no le llegaban muchos balones y Ferran tuvo varias llegadas, pero sin acierto a la hora de rematar. El Nápoles aguantó bien en defensa y llegó al descanso en ventaja y sin sobresaltos.
La segunda mitad comenzó sin cambios en ningún sentido. Ni en los onces ni en el guión del partido. Dominio azulgrana, pero sin crear peligro ante la meta napolitana. Todo cambió en el minuto 58 cuando un centro de Adama que acabó en las manos del Meret se transformó en penalti vía VAR por una mano -más en concreto la yema de los dedos- de Juan Jesús que pasó desapercibida para todo el mundo. Ferran lo transformó con maestría y el Barça se reactivó sobre el campo. Aubameyang tuvo cerca el 2-1 antes de que saliera al campo Dembélé -muy pitado por la grada- junto a Gavi y Busquets. Triple cambio para ir a por el partido.
Ni con Luuk de Jong
Tardaron un tiempo en desaparecer los pitidos a Dembélé, pero lo hicieron. Piqué pidió al público que no lo hicieran, pensaran que era un partido importante y recordaran la pancarta de la grada que rezaba: Juntos somos imparables. El caso es que el francés fue de lo mejor de la segunda parte de un Barça que lo intentó de todas formas pero no encontró fisuras en la defensa italiana. Las más claras las tuvo de nuevo Ferran, pero seguía con la mira desviada. Esta vez no funcionó ni el efecto Luuk de Jong, que salió en los últimos cinco minutos. El holandés tuvo una ocasión de chilena que, si marca, hubiera sido uno de los goles del torneo. El Diego Armando Maradona de Nápoles, dentro de una semana, decidirá el futuro azulgrana en Europa.