La Roma del 'emperador' Mourinho se corona en la Conference
Ave, Mourinho. La Roma saluda a un entrenador portugués que les ha llevado, por fin, a conquistar la gloria continental. La final de la Copa de Europa de 1984 perdida en el Olímpico ante el Liverpool y la de la UEFA de 1991 en la que les derrotó el Inter son ya historia. The Special One reverdeció sus laureles, marchitos tras sus fallidas aventuras en el Manchester United y en el Tottenham, ganando la Conference League al Feyenoord en Tirana.
Mou ya es inmortal en la Ciudad Eterna. El primer título giallorossi en 14 años tiene el sello de un técnico ha endurecido con metal europeo los cimientos de su imperio romano. La Loba aúlla un título esquivo desde la Coppa de 2008. Adiós a la sequía de la Roma y del calcio: desde que el Inter... ¡de Mou! ganó la Champions en 2010, ningún club de la Serie A lograba un trofeo europeo.
El entrenador luso sigue con su currículum inmaculado: final que juega en el viejo continente, final que se lleva. Cinco de cinco. Lo hizo con el Oporto -UEFA 2003 y Champions 2004-, con el Inter -Liga de Campeones 2010-, con el Manchester United -Europa League 2017- y con la Roma. En Tirana redondeó su palmarés. La primera Conference fue para Mou, que rompió un lustro sin títulos completando un triplete de trofeos europeos único. Nadie lo había hecho antes. Está de vuelta.
El Feyenoord jugó más ofensivo y con más balón que un conjunto italiano que hizo lo que el guion exigía: ganar. Y eso que perdió a Mkhitaryan, que forzó y se rompió, en los primeros instantes.
Los neerlandeses, que regresaban a una final europea 20 años después de ganar la UEFA en casa al Dortmund en 2002, se quedaron en la orilla. Zaniolo, que en 2020 se rompió de forma consecutiva el ligamento cruzado de su rodilla derecha e izquierda, marcó el gol de la victoria. Todo un premio al esfuerzo y la superación. Trauner se comió un centro y el italiano controló con el pecho y picó el balón sobre Bijlow. Un gol de oro.
Reacción del Feyenoord
La Roma agarraba la Conference y los de Slot intentaron arrebatársela en la segunda mitad. Salieron de forma fulgurante y en un córner Traumer se estrelló con el palo y Til con Rui Patricio. El portugués hizo otro paradón a Malacia, desviando su misil a la madera.
Al Feyenoord, en un encuentro con imprecisiones, le faltó una precisión que la Roma no necesitó. Marcó un gol y ganó. Smalling fue un muro que repelió todos los tiros. Un escudo a prueba de bombas que les protegió hasta el pitido y el triunfo final. La Conference sirvió de redención para Mou y para el conjunto romano.
La euforia del luso era justificada. Desde agosto apostó por un triunfo que casi le quita el Bodo. El 6-1 en Noruega les dejó helados... ¡pero se calentaron! Lo fiaron todo a la tercera competición continental y les salió cara. Nunca bajaron el pulgar.
La Copa de Ferias de 1961 -título no homologado por la UEFA- ya tiene compañera en su museo. Pellegrini levantó al cielo de Tirana el título europeo con el que soñaron sus ídolos De Rossi y Totti y que nunca lograron. El '10' vio desde la grada cómo se coronaba al nuevo Emperador de Roma. A Mou... lo que es de Mou.