Las claves del rechazo del PSG y la Bundesliga a la Superliga
La guerra está más que servida. "Doce de los clubes de fútbol más importantes de Europa anuncian hoy que han llegado a un acuerdo para formar una nueva competición, la Superliga, gobernada por sus Clubes Fundadores", comenzaba el comunicado que daba forma al nuevo proyecto. Doce equipos entre los que no se encontraban gigantes como el Bayern de Munich y el PSG, los grandes ausentes.
FIFA y UEFA se oponen y han dejado claro que no aprueban "una liga separatista europea", como rezaba la misiva publicada por el primero de los organismos que completaba el alumbrado por el segundo poco antes. En este, UEFA recordaba que quienes participen en la Superliga "no podrán jugar en ninguna otra competición a nivel nacional, europeo o mundial, y sus jugadores podrían verse privados de la oportunidad de representar a sus selecciones nacionales".
El lío está más que servido, pero como decimos, entre los doce integrantes no aparece un PSG que se ha desmarcado de este titánico proyecto. The Athletic señala que en el seno del club entienden que sería "irrespetuoso" respaldar semejante plan. Además, este lunes estaban dispuestos a discutir el plan de la UEFA para con la nueva Champions League de cara al trienio 2024-2027, la cual pasaría de 32 a 36 equipos.
El conjunto parisino considera, según la información deslizada por el citado medio, que esta competición de nuevo cuño no debería estar limitada a los clubes más ricos de Europa, así como entiende que entidades como Ajax, Atalanta o Leicester, con menor empaque económico, deberían tener su oportunidad. "Nos mantenemos fieles a la tradición de la UEFA", añade una fuente consultada por The Athletic.
Dilema
Desde Francia, L'Équipe plantea el lógico dilema que esto supone para un equipo como el PSG. Nasser Al-Khelaïfi ha optado por la fidelidad de momento. Pero claro, las incógnitas son interminables. "¿Cómo no participar en la competición que reúne a los mejores equipos europeos cuando está haciendo todo lo posible para igualarlos?", plantea el diario francés. La pregunta es lógica. Llenar el Parque de los Príncipes no sería igual de sencillo sin la visita de los Real Madrid, Manchester City, Barcelona, Juventus y compañía. Mantener los patrocinios tampoco lo sería. "Los riesgos económicos serían incomparables", añaden. Y por supuesto, "sería más complicado retener a jugadores como Neymar y Mbappé". A nadie se le escapa que estrellas planetaria como los astros parisinos no verían con buenos ojos quedarse fuera de la competición que se colocaría en el centro de la constelación...
Al-Khelaïfi
El cargo de Nasser Al-Khelaïfi, presidente del PSG, también es relevante. Desde que se pusiera al frente del equipo capitalino en octubre de 2011, el qatarí ha ido añadiendo cargos a su currículum personal. Ahora está al frente de BeIN Sports, de la cinematográfica Miramax y es miembro de comité organizador del Mundial de Qatar 2022. En 2016 fue nombrado como "el hombre más poderoso del fútbol francés" y en 2019 le eligieron como miembro del Comité Ejecutivo de la UEFA, siendo el primer no europeo como alto cargo del mismo. Por tanto, la Superliga va contra el organismo al que Al-Khelaïfi pertenece. El mismo que amenaza con dejar fuera de competiciones como el Mundial 2022 a los participantes en este nuevo proyecto.
Bayern de Múnich y el '50+1'
Por otra parte, ya decíamos que el otro gran ausente es el Bayern de Munich. Tanto el cuadro muniqués como el Borussia Dortmund, el otro gigante de la Bundesliga, han mostrado su oposición a la Superliga tal y como indica el medio alemán 'ZDF'. Christian Seifert, CEO de la Bundesliga, verbalizó su opinión de la siguiente forma: "La DFL rechaza cualquier concepto de Superliga europea. Los intereses económicos de unos pocos clubes punteros de Inglaterra, Italia, y España no deben dar lugar a la supresión de las estructuras establecidas en todo el fútbol europeo...".
Este rechazo se entiende si tenemos en cuenta 'la regla 50 + 1' existente en la competición alemana. Esta cláusula, nombrada así informalmente de modo explicativo, trata de garantizar que los miembros de los clubes conserven el control general de los mismos. "Para competir en la Bundesliga, un club debe tener la mayoría de sus propios derechos de voto. Dicho de otra manera, el 50% más un voto tiene que esta en manos del club y sus socios", explica la página web oficial del campeonato.
Hay excepciones, como el Bayer Leverkusen y el Wolfsburgo, pues "si una persona o compañía ha financiado sustancialmente un club por un período continuo de al menos 20 años, existe la posibilidad de que dicho inversionista pueda contar con una participación mayoritaria". Pero como decimos, son excepciones puntuales. El '50+1' es una cláusula que hace única a la Bundesliga y por ahí puede entenderse que no quieran formar parte de una competición que dividiría el planeta futbolístico y dilataría las diferencias entre grandes y pequeños.
Algo que siempre ha defendido Seifert y que ha vuelto a poner de manifiesto es que las Ligas nacionales tradicionales no deben sufrir daños. Además, en 2019 ya dejó claro que "esto dañaría de forma sostenible a todo el fútbol europeo". En tanto que recordaba "la cantidad de partidos que se añadirían al calendario" y las dificultades "de acceso a competiciones internacionales". Como en el caso del PSG, resulta complicado imaginar un proyecto de semejante calado sin Bayern o Borussia Dortmund, pero los principales organismos de sendos países han sido muy claros.