Cambio sustancial en los Rockets. Un equipo en plena reconstrucción que sigue intentando encajar piezas. DeMarcus Cousins ha sido el último damnificado de los retoques. Está fuera del equipo.

Según adelantó Shams Charania (The Athletic), cortado por la idea que tiene Rafael Stone y el resto de la dirección deportiva de ir a un esquema con pequeños -como ya lo hicieron la temporada pasada- y con una sola referencia por dentro: Christian Wood. El pívot titular, fichado el pasado verano, está cerca de recuperarse de una lesión de tobillo y se le quiere dar todo el protagonismo. Hasta que se vuelva se ha repescado a Justin Patton, que estaba con el afiliado de los Knicks en la G-League. Es por ello que se ha pensado dar una oportunidad a Cousins para encontrar un destino en el que pueda ser más útil y tenga más minutos en cancha.

El detalle no ha sido de boquilla. Los Rockets garantizaron el salario de la temporada a Cousins, 2,3 millones de dólares, como premio por su profesionalidad durante la campaña. Le dieron la opción de volver a la NBA tras una serie de lesiones que le dejó sin sitio y ha vuelto tan bien como para pensar que puede encajar en un equipo que luche por el campeonato.

Falta ver cómo afecta esto no sólo a los Rockets como estructura, recuperada sustancialmente tras el traspaso de James Harden a los Nets, sino a John Wall. El base coincidió con Cousins en la NCAA y ambos se reunieron en Houston después de sus penurias físicas de los últimos años.

Ya hay equipos interesados en DeMarcus Cousins, que ha promediado 9,4 puntos y 7,6 rebotes en los 25 partidos jugados hasta ahora. Kevin O'Connor (The Ringer) asegura que los Lakers, donde estuvo el año pasado hasta que la pandemia obligó a paralizar los partidos, se plantean ficharle para lo que queda de temporada en previsión de que el descanso a Anthony Davis pueda extenderse.

Cousins, aparentemente recuperado de un desgarro en el talón o una rotura de rodilla entre otras dolencias, ha pasado por cuatro equipos en tres años (Pelicans, Warriors, Lakers y Rockets) y busca otro más en el que poder demostrar que, a sus 30 años, le queda baloncesto por regalar.