Lo de Eslovenia ha dejado de sorprender a nadie. El equipo liderado por Luka Doncic llegó a los Juegos tras coger impulso en el Preolímpico y ahora no hay quien les frene. Argentina, Japón, España y ahora Alemania (94-70) han caído ante la velocidad y el empuje de un equipo que sólo sabe jugar con el turbo puesto y que ya ha alcanzado las semifinales en su primera cita olímpica.
Con la estrella de los Mavericks a los mandos de las operaciones Eslovenia sigue sin perder un partido oficial -y ya van 17- y ante el combinado germano dejaron claro que no tenían intención de estrenar su casillero en un partido a vida o muerte. Los balcánicos salieron al Saitama Super Arena con el mismo planteamiento que en la primera fase y era llevar los choques a un ritmo superior a los 90 puntos para desarmar a sus rivales. Aunque también saben a partidos más lentos y espesos. Recursos tienen para todo.
Ante Alemania lo demostraron desde el inicio gracias al acierto triplista mostrado por Dragic, Cancar y Mikle Tobey. El jugador nacionalizado esloveno se ha convertido en una de las grandes sorpresas del torneo olímpico y de su dominio bajo los aros (es el máximo reboteador del torneo seguido de Doncic) viene buena parte del éxito esloveno ya que permite correr a sus compañeros y facilita segundas oportunidades a tiradores como Blazic o Prepelic. Algo que con cañoneros de ese calibre es una sentencia para sus rivales.
Alemania intentó sobrevivir en el choque a tirones de orgullo y arreones de talento que intenaron sostener en pie al conjunto germano, que apenas tuvo una ventaja en el choque (31-32) y que estuvo todo el rato a remolque de esta Eslovenia que tiene el metal a un solo paso. Una medalla que con Doncic a la cabeza (de nuevo rozó el triple-doble con 20 puntos, 11 asistencias y ocho rebotes) cada vez va cogiendo más tono dorado, tan propio de esta época del año.
Y si no es Doncic es Dragic (27 puntos, máximo anotador de Eslovenia), o Cancar. Y si no es Prepelic (que falló sus cuatro primeros triples y luego enlazó casi tres seguidos) o Blazic. Argumentos de sobra para un equipo que no encuentra quien les frene en su carrera por hacer historia.