Mendy causa alarma
Ferland Mendy (25 años) empieza a ver la luz al final del túnel. El lateral francés, que sólo ha jugado un encuentro con el Real Madrid desde mayo (la derrota en Champions ante el Chelsea), apura para comenzar a reintegrarse al grupo que dirige Ancelotti. La idea que se maneja es que, si todo marcha bien, pasado el actual parón de selecciones, vuelva con el resto de jugadores...
El lateral está dando los pasos necesarios para que su regreso sea lo más adecuado posible. Con él, los servicios médicos del club han ido despacio, sin adelantar nada para que su lesión, una periostitis tibial, no le vaya a más temporalmente: una inflamación cuyo tiempo de recuperación se estimaba entre tres y seis semanas lo tiene en el dique seco desde hace casi cuatro meses (su último partido lo jugó en mayo, pero de los diez últimos encuentros que disputó el Madrid la pasada campaña sólo participó ante los Blues con 63 minutos).
Esta semana ya se le ha visto salir a correr por Valdebebas. Incluso ya ha empezado a tocar balón, cuando es una lesión que requería reposo total, por lo que se denota que ha mejorado en ese aspecto. De hecho, al principio no podía hacer carrera continua porque el solo impacto de la suela con el césped ya le producía dolor. Otra cosa es cuándo se le dará el alta competitiva, término que puso de moda Aitor Karanka hablando de la vuelta de Iker Casillas tras su lesión en la mano en 2013. La pérdida de masa muscular que ha sufrido mientras ha estado parado es evidente en el defensa, como se puede ver en la imagen de abajo (la foto de la izquierda es de los primeros días de pretemporada, mientras que la segunda es del pasado mes de enero). La diferencia es notabilísima...
Mendy, que no ha querido ni escuchar cualquier posible tipo de oferta ni cualquier posibilidad de abandonar el conjunto madridista, se marchó de vacaciones, perdiéndose la Eurocopa debido a esta lesión. Regresó con la zona tocada aún no restablecida totalmente, aunque ha avanzado en estos dos meses de pretemporada. El zaguero, que encara su tercera temporada como madridista, tiene ahora ante sí dos desafíos. El primero es recuperarse plenamente de su dolencia y el segundo es el de mantener su condición de titular indiscutible en la retaguardia blanca.