“Nadie me adelanta por fuera”
Max Verstappen ratificó en este 2024 que es el mejor piloto de los tiempos recientes. ¿Quién lo duda? realmente muy pocos. Ya son cuatro temporadas con la diestra en alto desde que venció con autoridad al mejor Lewis Hamilton y al dejar tendida en la pista a la versión más competitiva de Mercedes, para cargar de manera extrema y sobresaliente con su primer título en la F1.
Atrás quedaron las acusaciones de piloto sucio y excesivamente agresivo, aunque en ese 2021 fue el propio Hamilton quien le envió al hospital tras la colisión en la curva de Copse, en Silverstone.
Es verdad que aún se elevan voces que cuestionan el estilo del neerlandés, pero el cuatro veces campeón no se intimida y, por el contrario, asegura categórico: “Cuando corro cuerpo a cuerpo contra alguien, no me va a adelantar por fuera. Así es como he crecido. Algunos pilotos son más pasivos, en la F1 sé que no se puede ir por fuera porque me van a sacar de la pista. Es el instinto de las carreras”.
Lo cierto es que desde ese 2021, cuando superó a Hamilton en la última vuelta de la última carrera del calendario, celebrada en Abu Dhabi, Verstappen lo ha hecho parecer todo sencillo, como otro día en la oficina.
En 2022 y 2023, Verstappen ganó dos títulos acomodado en un Red Bull dominante. Se impuso en el 77% de las carreras. Demasiado fácil.
Sin embargo, hay que reconocer que en esta temporada las exigencias fueron mayores.
Y es que después de las siete primeras carreras (de las cuales ganó seis), todo se complicó cuando no funcionaron las evoluciones del RB20. Hasta el viento cambió de dirección cuando Adrian Newey abandonó al equipo técnico de Red Bull y lo dejó sin soluciones.
En consecuencia, desde mayo, McLaren se estableció como primera fuerza e incluso la italiana Ferrari y la alemana Mercedes se hicieron sentir, dejando a Red Bull sin chances de reeditar su corona de Constructores.
Fue tal el descalabro de la escudería austríaca, que su piloto mexicano Sergio “Checo” Pérez no subió al podio desde Miami, promediando apenas tres puntos por carrera.
Por supuesto, esta situación generó un cisma de escándalos y peleas en Red Bull, entre Christian Horner, Jos Verstappen y Helmut Marko, la matriz del equipo. Fueron semanas de tensión, donde los titulares escabrosos y reproches cruzados fueron la comidilla del día. Sin embargo, estas diatribas no llegaron a salpicar a Max, quien fue capaz de abstraerse y separarse de los conflictos, manejando a su manera la presión.
Listo y concentrado
En Canadá fue el más cerebral en condiciones mixtas (lluvia y pista seca), en Barcelona logró tumbarle la pole position a Lando Norris en una curva, mientras que en Austria tocó al propio Norris, lo que le valió una sanción de 10 segundos, pero técnicamente le aportó diez puntos.
En Canadá fue el más cerebral en condiciones mixtas (lluvia y pista seca), en Barcelona logró tumbarle la pole position a Lando Norris en una curva, mientras que en Austria tocó al propio Norris, lo que le valió una sanción de 10 segundos, pero técnicamente le aportó diez puntos.
En Silverstone, una semana más tarde y también bajo la lluvia, Verstappen se apoderó de un inesperado segundo lugar, colocándose por delante de su principal rival de McLaren.
Tanto en Austin como en Ciudad de México, Verstappen apeló a su versión más agresiva, sacando a Norris del circuito, lo que le valió sanciones, pero amedrentando y convirtiendo cada encuentro en pista en un suplicio para el joven inglés, que no estaba acostumbrado a estos momentos, ya que nunca se había visto en una situación parecida
Por su parte, Lando Norris era veloz en pista, pero no remataba y su crisis de resultados individuales se acentuó cuando su compañero australiano Oscar Piastri le quitó un triunfo casi seguro en Budapest y de nuevo se mostró vulnerable en el GP de Bélgica, al regalar posiciones en la salida en Spa-Francorchamps.
Posteriormente se recompuso Norris en Zandvoort y Singapur, con victorias que cayeron como un bálsamo, pero de nuevo desaprovechó oportunidades en Bakú, carrera que ganó su coequiper Piastri y sobre todo en Monza, donde ganó Charles Leclerc con su Ferrari y Oscar Piastri fue segundo, relegándolo al tercer escaño del podio.
Entretanto, “Mad Max” hacía lo suyo con un auto inferior, pero con un talento y arrojo que se puso de manifiesto en Interlagos, en el Gran Premio de Brasil, donde salió desde el puesto 15 y bajo un torrencial aguacero pudo hacerse del triunfo al estilo Ayrton Senna, el malogrado ídolo local.
Allí sentenció su cuarto título mundial que le igualó a Alain Prost y Sebastian Vette, dejándolo solo por detrás de Michael Schumacher (7), Lewis Hamilton (7) y el inmortal argentino Juan Manuel Fangio (5).
¿Podrá seguir ganando títulos Verstappen? Muy pocos lo dudan, ya que aparte de su talento y arrojo, cuenta apenas con 27 años. Su contrato con Red Bull le mantendrá en la F1 al menos hasta 2028, aunque ya ha dejado entrever varias veces que su carrera deportiva no se eternizará.
Mercedes quiere ficharlo en 2026, y así lo reconoce Toto Wolff, quien sabe que Verstappen es uno de los escasos factores diferenciales de la parrilla actual de la máxima categoría.
Por cierto, Lando Norris aseguró esta semana en el medio británico ‘Telegraph’ que “ni siquiera Max” habría ganado el título este año con un McLaren. De inmediato fue prácticamente ‘crucificado’ por los propios fans ingleses, quienes señalaron que se equivocaba. Así las cosas.