Ni comprador ni vendedor: No haga nada
La fecha límite para hacer cambios estará particularmente activa este año y todos vamos a estar pendientes de cada fuente confiable de información que podamos encontrar (y probablemente de algunas no muy confiables) para escarbar hasta el último rumor. Eso es lo divertido: Imaginar a jugadores con otros uniformes, o imaginar esa pieza clave vistiendo el de nuestro equipo, es la razón por la cual la época de cambios es tan irresistible. Todo es especulación y diversión.
Pero hay ciertos equipos que, al final del día, quizás deberían evitar la diversión este año. Hay compradores y vendedores también, pero algunos equipos, bueno, posiblemente lo mejor es que se queden sentados tranquilos.
¿Cuáles equipos son ésos? Estos cinco.
Cardenales: Los Cardenales tienen algunas carencias obvias, empezando por el hecho de que ahora mismo tienen a sólo tres abridores. Y de ellos es Wade LeBlanc (¡quien ha lanzado muy bien, por cierto!). El bullpen tiene cuatro piezas decentes, pero el resto es un desastre. Y la ofensiva tiene tres años sin carburar bien. Pero se trata de los Cardenales: ¡Jamás entregan una temporada! Y con los Cachorros listos para vender y ni Cerveceros ni Rojos, luciendo como superpotencias, es casi posible convencerse de que San Luis debe ir por todo. El problema es que las fincas de los Pájaros Rojos tienen mucho talento en los niveles más altos y poco abajo. A muchos equipos les encantaría darle a San Luis las piezas que quieren si entregan a Matthew Liberatore, Nolan Gorman o Jordan Walker. Pero sería una locura que los Cardenales hicieran eso cuando están a 8.5 juegos de la cima. El equipo espera que el regreso de Jack Flaherty sea el combustible que necesitan para la segunda mitad. Pero entregar futuras estrellas por lo que no es más que una posibilidad bien remota sería de tontos. El terrible junio de los Cardenales les echó a perder la campaña del 2021 y no hay razones para que eso también afecte a las del 2023 y del 2024.
Indios: Al club de Terry Francona le faltan varias piezas. Se les están acabando los lanzadores jóvenes para subir desde las menores. El bullpen carece de profundidad. Tienen – como viene siendo costumbre – un déficit de jardineros capaces de batear. Pero tienen dos juegos por encima de .500 y en el segundo lugar. El problema son todos esos conjuntos que van a tener que superar para conseguir un boleto a la postemporada. Cleveland está a 9.5 juegos de los Medias Blancas en la División Central de la Liga Americana y eso es antes de que regresen el dominicano Eloy Jiménez y el cubano Luis Robert. El club también está detrás de clubes altamente motivados y económicamente mucho más sólidos como los Azulejos y Yankees en la lucha por el Comodín, sin mencionar a los Atléticos, Rays y Marineros. Francona y sus muchachos han hecho un buen trabajo manteniéndose a flote todo este tiempo. Pero cambiar piezas del futuro por lo que no es más que una simple esperanza este año no es lo más lógico. Cleveland no necesita empezar a vender a sus estrellas. Pero el momento de hacer movimientos era en la temporada muerta. Ya es demasiado tarde.
Marineros: El futuro luce brillante para Seattle, pero el presente no luce muy mal que digamos: Los Marineros están en el tercer lugar, con siete partidos sobre .500 y a sólo 3.0 juegos de un puesto de Comodín. Sin embargo, Seattle tiene un diferencial de carreras de -49, lo que sugiere que la suerte ha estado de su lado frecuentemente. Los Marineros no tienen que vender este mes, pero tampoco hay razones para poner toda la carne en el asador sólo porque les haya ido bien en la primera mitad. Esta campaña ha sido para que los jóvenes se desarrollen y aprendan a ganar partidos a nivel de Grandes Ligas, un trampolín pensando en el futuro, pero no algo para perder la perspectiva. Afortunadamente para los aficionados de los Marineros, esto pareciera ser exactamente lo que está haciendo la directiva.
Nacionales: El Este de la Liga Nacional es una especie de desastre. A los Mets les encantaría escaparse, pero sus mejores jugadores siguen lesionándose como si hubiera una especie de gnomo maligno de las lesiones tratando de quitarles a todas sus estrellas. Los Filis están intentando atacar, pero ese bullpen sigue allí. Los Bravos están comprando como un equipo que va con todo, pero sin el venezolano Ronald Acuña Jr., eso es difícil de creer. Entonces, debería ser la hora de los Nacionales, ¿cierto? Bueno, quizás. Por más fe que uno le tenga a este equipo, por más que uno crea que el dominicano Juan José Soto arregló su swing en el Derby de Jonrones, los Nacionales siguen estando bien atrás, con varios equipos por delante y unos Marlins mejores de lo que muchos creen justo detrás de ellos. ¿Deberían los capitalinos cambiar a Max Scherzer? Probablemente no. ¿Pero deberían volverse locos pensando en el 2021? Es difícil argumentar eso, particularmente si Stephen Strasburg no termina de regresar.
Padres:**Ustedes saben que **A.J. Preller está desesperado por hacer un movimiento. Los Padres están comprometidos con el 2021 y ésa es una de las razones por las que es tan divertido apoyarlos. Pero no perdamos la cordura. Los Padres, por bonita que sea su historia, siguen de terceros y a 5.5 juegos del primer lugar. ¿Los Gigantes darán un paso atrás? Quizás. Pero las posibilidades de que eso pase y que los Padres también superen a los Dodgers no son muy grandes. San Diego, en realidad, luce ahora mismo como un Comodín. Sí, podrían sorprender y ganar el Oeste. ¿Pero vale la pena hipotecar el futuro por eso? Probablemente no. San Diego será un rival temible para los Gigantes o Dodgers en el Juego del Comodín de la Nacional. Ésta siempre iba a ser una batalla cuesta arriba. Ganar la división podría requerir de un movimiento de impacto e incluso si lo hacen, tampoco es algo seguro. En todo caso, ahora mismo lucen como una potencial amenaza para la postemporada. ¿No es ése el punto?