Omar Vizquel se muestra optimista de cara a su ingreso al Salón de La Fama
Caracas.- Los amantes del beisbol en Venezuela comenzaron a tener conciencia de la calidad defensiva de Omar Vizquel en 1977, cuando en el Mundialito de Beisbol Preinfantil celebrado en el estadio Universitario, quedaron literalmente paralizados al observar el instinto para jugar a la pelota de este niño de apenas diez años.
Hoy, 43 años después, ese mismo niño, después de cumplir un ciclo glorioso en las Grandes Ligas, aspira a ser entronizado en el Hall de La Fama de Cooperstown.
¿Tiene los méritos para la inmortalidad? Los números están allí y en virtud a ellos, poco a poco ha contado con el espaldarazo de los cronistas del beisbol en las votaciones.
En sus tres años de elegibilidad, el caraqueño ha ido subiendo en las papeletas. En el primer año obtuvo el 37% de apoyo, y en 2019 acumuló el 48,2 % en las preferencias de los cronistas. Pues bien, siguiendo con la proyección, el nombre de Omar Vizquel apareció a principios de este 2020 en 209 de las 397 papeletas entregadas por los miembros de la Asociación de Escritores de Beisbol, o sea el 52.6%.
Es de hacer notar que para tener acceso al Salón de la Fama del Beisbol de Grandes Ligas se necesita el 75% de la preferencia de la Baseball Writers Association of America (BBWAA). Y para mantenerse como candidato cada año, se tiene que contar con el 5% de apoyo.
“Estoy muy satisfecho y contento con lo que estoy viendo. Me colé por encima del 50%, que es muy bueno. No pensé que iba a llegar al 52%, pero uno nunca sabe”, advirtió Vizquel, agregando que puede ser que el próximo año baje en la votación con la incorporación de nuevos jugadores.
“Todos los años hay mucha competencia, pero lo ocurrido en este 2020 es un indicio de que vamos por buen camino. Ese aumento de alrededor del 9% en este año fue muy bueno. Eso no se logra tan fácil”, dijo.
Tan es cierto lo afirmado por Vizquel, que Luis Aparicio, el único pelotero venezolano en el Hall de La Fama, subió progresivamente de un 27.8% en su primer año de eligibilidad -en 1979- a 32.2% en 1980, para finalmente dar el gran salto de 67.4% -en su sexto intento en 1983- a su entronización en 1984 con el 84.6% de apoyo de los periodistas que cubren el beisbol de Grandes Ligas.
Una excelsa carrera
Con apenas 17 años comenzó a jugar en el shortstop de los Leones del Caracas. Allá en 1984 un jovencísimo Omar Vizquel comenzó a labrar su destino como pelotero y ciudadano integral, al asumir con responsabilidad y profesionalismo un rol estelar en uno de los equipos más emblemáticos del beisbol venezolano.
Cinco años, después dio el salto a las Grandes Ligas con los Marineros de Seattle, después de afinar su desarrollo en las granjas de Vermont y Calgary. Precisamente en esa temporada de 1989 cometió 18 errores en 614 jugadas defensivas, pero esa circunstancia, lejos de amilanarlo, lo incentivó a seguir trabajando en la excelencia defensiva que finalmente logró a lo largo de 24 campañas. ¿Pero cuál de ellas fue la más gloriosa?
“Pienso que esa primera temporada, con apenas 21 años, fue mi temporada más importante, porque llegué a las Grandes Ligas y fue la que me abrió el camino a todo lo que hice. La segunda más gloriosa fue cuando llegué a la Serie Mundial en el año 1995, lástima que no quedamos campeones, pero esa es la meta de todo jugador, ayudar al equipo a llegar lo más lejos posible”.
Los Guantes de Oro
Un total de once Guantes de Oro atesora Omar Vizquel en sus vitrinas, los últimos dos con los Gigantes de San Francisco en 2005 y 2006, que le convirtieron en el shortstop más longevo de la historia en conseguirlos (38 y 39 años).
“El Guante de Oro que más me llenó de satisfacción fue el quinto (en 1996) porque con ese igualé a mi ídolo David Concepción. Siempre vi a David y a Luis Aparicio como los grandes del campocorto y el hecho de empatar a Concepción me llenó de orgullo porque era mi ídolo indiscutible. No vi jugar al señor Luis Aparicio, pero cuando logré empatarle en Guantes de Oro con el noveno (en 2000) sentí una gran alegría, porque si bien no era mi ídolo, era otra cosa porque era el único Hall de la Fama de Venezuela y para mí fue un éxito maravilloso, algo que no podía creer”.