Otro palo y pole de Leclerc
Una perfecta coreografía entre bloques de hormigón, con las murallas del castillo como reclamo y la enorme recta como punto de fuga. Bakú, a una vuelta, está entre lo mejor que ha inventado la Fórmula 1 contemporánea. Un circuito de piloto, de talento y de pura confianza en la máquina que te lleva. Ante el intento definitivo, Sainz defendía la pole frente a Leclerc y los Red Bull, y lideraba el grupo. Podría haber recurrido al manido truco de raspar una barrera y que parezca un accidente para fastidiar a todos, se ha hecho antes y se hará en el futuro, pero Carlos se comprometió con una vuelta que sabía que era mala, lastrada por un error al inicio, y dos minutos después era cuarto por detrás de su compañero, el eterno ‘poleman’ (seis ya en 2022), de Checo y de Verstappen. En ese orden saldrán este domingo a una carrera que promete caos.
No lo hubo el sábado, o no mucho. En la Q1 saltaron chispas después de un accidente de Lance Stroll que condensó la fase decisiva en dos minutos y medio. Hubo mucho tráfico con 15 coches buscando una vuelta y aunque fueron eliminados los sospechosos habituales, alguno se lo tomó muy mal. Albon culpó a Alonso, que encabezaba a un grupo amplio y no dio el mejor giro de la historia cuando se pasó de frenada y se encerró en una escapatoria. En cualquier caso, la carrera estaba delante, con los coches ‘grandes’. Este fin de semana, más que nunca, las diferencias se han estirado hasta casi un segundo en el ritmo de prestaciones puras.
Sainz aspiró a la pole, que fue otra vez para su compañero, y Verstappen pudo hacerla pero terminó una vez más superado por Pérez, eso no es nada habitual. Los cuatro cometieron errores, salvaron accidentes rozando los muros, y el mexicano fue el más agresivo en este apartado. Aunque, irónicamente, salió peor parado el que más seguro fue durante toda la sesión, Carlos, porque podía haber partido primero de no entregar tantas décimas al final en una fuerte derrapada a escasos centímetros de las protecciones. El cuarto, en todo caso, no es malo: Bakú es urbano, pero ofrece posibilidades de adelantamiento. Y aquí pasan cosas.
Alonso salvó el décimo, en la Q3, aunque terminó detrás de rivales directos o menores como los dos Alpha Tauri y el Aston Martin de Vettel. El Alpine suele ser rápido a una vuelta, pero quizás han comprometido la velocidad punta —poco— para salvar el ritmo de carrera, que no era muy bueno en los entrenamientos libres. Ocon parte 13º, entre ambos los dos McLaren, que abiertamente han priorizado el domingo frente a un sábado loco que queda fuera de control. Como si el domingo del GP de Azerbaiyán, en el que literalmente ha sucedido de todo en el pasado, se pudiera confiar en las predicciones.