Real Sociedad, un campeón para la historia
Real Sociedad lo celebrará siempre. Sus jugadores quedaron en la historia por haber ganado la primera final 100% vasca de la Copa del Rey. Se impusieron por 1 a 0 a Athletic de Bilbao, su clásico rival en el País Vasco, gracias a un gol de penal de Mikel Oyarzábal.
El partido, disputado en el estadio La Cartuja, de Sevilla, correspondió a la edición 2020 del torneo, pospuesto el año pasado por la pandemia del coronavirus. Los bilbaínos tendrán revancha en dos semanas, cuando enfrenten a Barcelona en el encuentro decisivo de la Copa del Rey 2021.
Un país, el vasco. Dos equipos: Real Sociedad y Athletic de Bilbao. Nunca antes había ocurrido en una final, como tampoco la postergación del partido por un año por el coronavirus que azota al mundo. Nada le importó a los de San Sebastián, que jugaron el encuentro con dientes apretados y la certeza de que, más allá de un título, en juego había un pasaporte a la eternidad. Porque las finales son todas inolvidables, pero tienen un condimento extra cuando enfrente está el rival de toda la vida.
Fue el tercer título de los txuri-urdines en toda su historia: 1909, 1987 y 2020. Por la previa eterna, por el partido disputado sin público, por la pandemia que azota a los seres humanos sin distinción de camiseta, el triunfo se saboreará por mucho tiempo.
Tal vez por eso el propio Oyarzábal casi se va en lágrimas durante la entrevista a pie de campo, tras saberse campeón. “Estamos muy contentos, es un día muy bonito”, dijo el capitán, un veinteañero zurdo al que no le pesó la responsabilidad de tirar el penal más trascendental en la vida del club. Su zurdazo, a media altura, se transformó en el gol que le dio el título a la Real Sociedad.
“Darle esto a los hinchas es lo mejor que podemos hacer. Esto es para mi familia y para mis amigos. ¡Somos campeones!”, repitió y se repitió a si mismo el goleador de la noche lluviosa de La Cartuja. La emoción continuaría con el capitán, Asier Illarramendi, quien apenas podía moverse. Se perdió el partido, pero no el festejo. Rengo, fue hacia el estrado a recoger el trofeo con cara de niño cuando mira sus zapatos en la noche de Reyes Magos. Apenas tomó contacto con la Copa señaló, uno a uno, a sus compañeros. A ellos fue la dedicatoria. Jokin Aperribay, presidente del club, tampoco podía contener el llanto. Tomó del cuello al capitán para felicitarlo. La sonrisa de “Ilarra” era indeleble. Era la sonrisa del campeón.
“Es un día triste para nosotros”, dijo Óscar De Marcos, uno de los referentes bilbaínos. Y añadió: “Lo sentimos. Sabemos que haberles dado una alegría hubiera sido muy importante”. El plantel de Athletic lucía desconsolado tras el final, pero el resultado había sido justo. En el segundo tiempo del partido los rojiblancos cayeron en su rendimiento.
La Real Sociedad se adelantó en el campo y encontró ese penal, luego de la infracción de Íñigo Martínez sobre Portu. El árbitro convalidó la pena máxima y, primero, expulsó a Martínez. El VAR lo llamó para que reviera la decisión. La máxima autoridad del partido convalidó el penal, pero le quitó la roja a Martínez. Oyarzábal convirtió el penal. Hizo el gol más importante de su carrera. Ése que quedará en las retinas y los corazones de sus hinchas, campeones por tercera vez de la Copa del Rey. Campeones ante el rival de siempre. Campeones.