Recital de Messi y Colombia espera en Brasilia
Argentina arrancaba los cuartos de final como venía siendo habitual: arrollando a su rival, en este caso, Ecuador. Nicolás González por el lado izquierdo lo intentaba, después era Lautaro Martínez el que tras un gran pase de Paredes en profundidad ponía a prueba a Galíndez, que respondía muy bien. El equipo de Alfaro sufría y nada más respiraba con balones largos hacia Valencia, que prolongaba para sus veloces extremos para complicar a la Argentina.
Alfaro mandaba a sus hombres a jugar largo pero no volverse locos con eso, si no que los rebotes caían en poder de los amarillos y Valencia atacaba a la línea de centrales argentinos. Pezzella y Otamendi, la pareja de centrales más utilizada por Scaloni en su corta carrera como entrenador, sufría en la salida y en el retroceso.
Y el defensor de la Fiorentina tuvo una clara tras un córner lanzado por Messi. La bajó de pecho y le pegó un derechazo que pegó en el lateral de la red de Galíndez mientras algunos integrantes del banco de suplentes ya gritaban el primer gol del encuentro.
Argentina dominaba pero en propio campo. Alfaro, inteligente en este sentido, le dejaba la salida libre a Pezzella y se la cortaba a Paredes, por lo que la albiceleste tenia que buscar otras salidas. Y llegó una jugada totalmente fuera del partido, una jugada clave, Messi se quedaba solo contra Galíndez tras un pase atrás y el ‘10’ argentino definió demasiado cruzado para que la pelota se quede en el palo izquierdo del arquero.
Y de la chance argentina, a la canche ecuatoriana. El partido se ponía tenso, una dura entrada sobre Molina que Sampaio no cobraba terminaba en un disparo de Méndez al que respondía con categoría Emi Martínez. Scaloni se volvía loco en el banco de suplentes y el cuarto árbitro lo tenía que calmar. Sin tiempo para la calma, Méndez y Palma chocaban entre ellos y le hacían infracción a Lo Celso, pero Lautaro Martínez en el rebote se quedaba totalmente solo, a lo que Sampaio hacía caso omiso y el partido se calentaba cada vez más.
Pasada la media hora de encuentro, el único protagonista de este partido era Wilton Sampaio. El brasileño era el único que complicaba un partido tranquilo con sus desacertadas decisiones. Argentina, a pesar de ello, seguía intentando tomar el control del partido, cosa que no conseguía. Ecuador, cuando se plantaba en tres cuartos de ataque, movía bien la pelota y en esta ocasión terminaba con un gran centro al que Valencia y Palma no pudieron llegar. Se salvaba Argentina.
El partido tenía un ritmo trepidante. Era palo y palo. Ecuador, con errores atrás, se castigaba. Y Messi te perdona una vez, pero no te perdona dos. Un gran pase para Nico González terminaba en una infracción de Galíndez pero esta vez Sampaio sí daba la ley de ventaja para que Messi, muy inteligente, buscara a De Paul para que el del Udinese definiera con calma e hiciera el primer gol del encuentro, para que Scaloni lo gritase con todo en el área técnica y el ex Racing sumase su primer gol con la camiseta albiceleste.
González seguía picante pero Galíndez salvaba a Ecuador una vez más. El nuevo jugador de la Fiorentina cabeceaba un tiro libre de Messi de manera magistral y el arquero salvaba por dos veces a su equipo. Ecuador estaba golpeada por el gol argentino pero en una jugada aislada, creaba peligro. Valencia le ganaba por enésima vez a Otamendi para después ir a buscar el centro. El delantero cabeceaba afuera y Otamendi era amonestado por protestar. Así se terminaba el primer tiempo del partido, que no tuvo freno.
Alfaro le daba más aire a su equipo en el inicio del complemento con el ingreso de Plata y Estrada. Pero Lo Celso le daba algo diferente a la Argentina cuando se soltaba y eso lo aprovechaban los de Scaloni. Argentina intentaba bajar el ritmo del partido mientras a Ecuador le interesaba que sea agitado, además de intentar aprovechar la pelota parada, donde creaba más peligro.
Enner Valencia era un peligro constante para la dupla central argentina, que no podían parar al delantero, mientras Ecuador seguía con su juego casi al límite del reglamento y Estupiñán le ponía el cuerpo de frente a un Messi que quedaba golpeado en el suelo. En ese momento era la quinta falta de Estupiñán de las diez que había realizado el conjunto de Alfaro.
Sampaio seguía con la misma dinámica del primer tiempo y calentaba el encuentro con sus decisiones. Adentro del área caía Paredes y los argentinos se tiraban encima del árbitro, que cobraba un bote neutral, del que Messi intentaba hacer magia con un sombrero.
Pero a pelota parada casi empataba el partido Ecuador, con un desvío muy peligroso de Nico González, que casi se metía en el ángulo. El ex Argentinos Juniors con una patada por atrás a Plata se convertía en el segundo amonestado.
Scaloni veía a su equipo apagado, como ocurre en todos los segundos tiempos del equipo argentino y metía a Guido Rodríguez y Ángel Di María, por lo que salían de la cancha Leandro Paredes, una sorpresa y Lo Celso.
Cuando Ecuador bajaba medio cambio, Argentina tenía chances de gol gracias a su calidad individual. Y Messi, primero con un tiro desde lejos y después con un tiro libre, lo intentaba, pero no conseguía el tan ansiado gol.
Plata fue la gran revelación del segundo tiempo y le pintaba la cara a los defensores argentinos. El ecuatoriano era un peligro constante y hacía sufrir a Scaloni, que decidía reforzar la zona izquierda de la defensa poniendo el famoso ‘doble 3’, con Acuña y Tagliafico, ingresando por Nico González.
Pero Di María presionó a Hincapié, que tuvo un error de novato y la pelota le quedó a Messi, que se la dio a Lautaro Martínez que solo no falló y puso el segundo gol argentino en un segundo tiempo que no había jugado para nada bien. El joven Hincapié volvió a cometer un error y se fue expulsado tras un agarrón a Di María.
Y Messi. Se tenía que sumar a la fiesta el hoy ‘jugador libre’. Tiro libre desde el borde del área al palo del arquero y Galíndez, de gran partido, no podía hacer nada ante tal genialidad. Dos asistencias y un gol, en un partido magistral, en un partido en el que no pudo convertir un gol casi hecho, pero Messi sigue afilado y toda la Argentina sonríe.