Roberto Martínez: “Hazard antes tenía dolores y no estaba libre”
Roberto Martínez (Balaguer, Lleida, 49 años) es el seleccionador de una de las aspirantes al título en Qatar: Bélgica. Después de estar cerca de los últimos títulos, llega al Mundial quizá ante su última oportunidad de lograrlo.
Ya no se habla tanto de Bélgica, pero tienen una gran selección. ¿Les viene mejor ir de tapados que de favoritos?
No sé si antes éramos favoritos... El grupo es maduro y consciente de las expectativas generadas en Bélgica. Cuando vas al Mundial hay ocho selecciones que pueden ganarlo: las cuatro europeas semifinalistas en 2018, más España, más Alemania, y más las dos sudamericanas: Argentina y Brasil. Entre estas selecciones es muy temeroso sacar una favorita por encima de otra.
En la última Eurocopa fue muy tajante al decir que Inglaterra era la favorita.
Aquí no está tan claro. Cuando juegas en casa tienes una ventaja, especialmente Inglaterra en 2020 por su afición y más aún en la época de la pandemia en la que las hinchadas visitantes no podían viajar. Ahora estamos en una situación muy neutra. No habrá cambio de hoteles y el torneo se hace en otra época. Es una dificultad para las ligas, pero para el jugador es el momento óptimo, sin fatiga y con una capacidad física muy fuerte. Vamos a ver posiblemente el mejor Mundial de la historia.
¿Hay un relevo generacional en Bélgica?
Ha habido un relevo natural. Sólo hubo cuatro retirados desde 2018. No ha sido un cambio muy grande, pero sí que los jóvenes empiezan a pedir un rol importante: De Keteleare, Doku, Debast… Hemos intentado trabajar con las generaciones un poco antes de que llegaran al primer equipo. Es importante. Y tenemos la suerte de que a la generación actual le gusta ayudar a la que viene.
Hábleme de Hazard, ¿puede ser su último Mundial?
Es lo normal, lo natural. Nadie puede predecir cuándo será su último torneo, pero por encima de los 30 años ya empiezas a valorar los torneos que tienes por delante. No sé si será el caso de Eden. Algún jugador ya ha declarado que después del Mundial se va a centrar en su carrera a nivel de clubes. Por eso hay que afrontar Qatar como si fuera el último torneo para todos. Es la manera de poder disfrutarlo al máximo.
¿Qué ha pasado con Hazard en el Madrid?
Eden antes tenía dolores y no estaba libre. Tenía una placa que le daba inconvenientes. Ahora puede cambiar de ritmo y salir por derecha y por izquierda, vivir del uno contra uno que es su gran virtud. Es ahí donde está la gran diferencia. Es una ventaja.
Pero llega sin rodaje…
La falta de minutos siempre es un problema, no solo para Eden sino para cualquier jugador desequilibrante y basado en lo que hace con el balón. La calidad de Eden y su experiencia también las valoramos. Su rol, lo que trae al vestuario. Igual no tiene ritmo de partidos o de competición, pero también buscamos los otros valores que nos pueda aportar.
¿Se puede recuperar a este futbolista?
A Eden se le tiene que dar la oportunidad de ser él mismo, de desarrollarse en las zonas del campo donde pueda marcar la diferencia. Permitirle que compita con la alegría que él siempre demuestra en el terreno de juego. Ha sido muy difícil ver esa felicidad en el Madrid por lesiones, por la buena marcha del equipo y por la irrupción de otros jugadores jóvenes, pero en la selección un jugador con tanto compromiso y trabajo sigue siendo una pieza fundamental.
Del que no hay dudas es de Courtois…
Courtois ha mejorado lo hecho en 2018 (fue Guante de Oro del Mundial). Es el primer portero que yo recuerde que ha tenido un papel tan significativo en la conquista de una Champions. En el fútbol somos distintos a la hora de valorar a los jugadores de campo respecto a los porteros, pero Thibaut para mí se merecía el Balón de Oro. No ha pasado desde los 70, pero el nivel de resultados de Courtois en la Champions lo hizo un jugador único.
¿Está en su cénit?
Siempre hemos visto lo que es. En 2018, siendo el mejor portero del Mundial, pasó por momentos previos muy difíciles en el Madrid en su llegada. Es ahí donde demostró su nivel de madurez. Nunca aceptó las derrotas y quiso trabajar muy duro. Estamos muy orgullosos de él en Bélgica y va a marcar una época. Va a modificar mucho la manera en la que los porteros belgas jóvenes se preparan en el futuro.
¿Y Lukaku? Su nueve de confianza no llega bien…
El cambio de club no ha sido un problema. El problema ha sido la primera lesión muscular que ha tenido en su carrera. Es un jugador poderoso y que lleva al límite su capacidad física. Es la primera lesión que tiene. Ha sido un periodo difícil. Cuando no sabes cómo va a reaccionar tu cuerpo, todo son dificultades. Hemos trabajado bien con el cuerpo médico del Inter, y esperemos que tenga un buen Mundial. Nuestra preocupación es que llegue al 100%.
¿Qué le suscita un Mundial?
Es la razón por la que estoy involucrado en el fútbol, las primeras memorias que tengo. En mi caso fue el Mundial de Argentina, en el 78, y después, más fuertemente, el de España en el 82. Es en este torneo cuando entras en conexión con el deporte, con el fútbol. Te enamoras. Cada vez que te preparas para un Mundial es algo muy especial.
¿Cuál es su primer recuerdo?
La final del 78. La final de Mario Kempes, con las medias bajas, lo que significaba para el aficionado argentino aquel encuentro ante Holanda. Ese es el flash que me viene como primera memoria de los Mundiales. Después, como manera de disfrutar del torneo, recuerdo el de España, con Naranjito, en el 82. Pensaba qué equipo podía ganar, a cuál iba a seguir, en mi pueblo y siendo un chaval. La Argentina del 78 era un equipo muy fuerte. En el 82 me viene a la memoria la Italia de Rossi, aquel partido en Sarriá ante Brasil en el que los brasileños no pudieron llegar a lo que esperaban. Cada Mundial tiene sus momentos icónicos de las grandes selecciones. Depende del momento, pero hay historias que conservas para siempre.
La Brasil del 82 no ganó, no siempre el mejor gana este torneo…
Hay dos aspectos que entran en juego en el Mundial: uno es la parte mental, saber que si ya has ganado tienes el derecho de poder volver a ganarlo; y luego está la parte de la dificultad del torneo, porque tras la fase de grupos te tienes que ver con otras selecciones que están al mismo nivel de talento y de capacidades que tú. Los márgenes son muy pequeños. Es muy difícil ganar un Mundial. Hay que adaptarse como grupo a los momentos de dificultad.
Para ser campeón del mundo hay que sufrir, dicen.
Siempre hay momentos duros. Todos recordamos a la España de 2010. Ha sido el único equipo que pierde el primer partido y luego es campeón. Nosotros, en 2018, tuvimos la situación de ir perdiendo 2-0 en el minuto 65 ante Japón y luego ganar. Aquello nos permitió vernos las caras con Brasil, pentacampeona, algo que todo el país lo recuerda. Ser campeón del mundo depende de muchos aspectos.
¿Qué le faltó a aquella Bélgica semifinalista en 2018?
Hicimos un gran torneo. Fuimos conscientes al llegar a Bélgica. La reacción fue impresionante, incluso sin ganar el Mundial. Hubo mucho orgullo. Jugamos siete partidos y la gente nos reconocía también la forma en la que los jugamos. Ganamos seis y perdimos uno. Siempre quieres mejorar aspectos y es lo que hemos tratado de hacer de cara al Mundial de Qatar.
¿Necesita un título esta Generación de Oro?
El equipo ha estado compitiendo en los últimos torneos, ha estado donde debe. También en la Nations League hemos alcanzado la Final Four. En la Eurocopa ganamos cuatro partidos y perdimos uno ante la que luego fue campeona. Bélgica ha estado cuatro años en el número uno del ránking FIFA. ¡Somos una población de 11 millones de habitantes! Marcar una era puede ir más allá de ganar o no ganar. La consistencia y la aplicación de nuestros jugadores ha sido muy importante para que el nuevo futbolista belga pueda encontrar un legado para 20 o 30 años. Eso es lo fundamental. Esta generación se merece un título e iremos a Qatar a por él. Pero su legado, con o sin él, ya es incuestionable.
¿Qué será de Roberto Martínez tras el Mundial?
Quiero vivir el Mundial como si no hubiera un día después. Luego ya veremos. Es una conversación con la federación belga. Llegué allí para pasar dos años y llevo seis. He disfrutado mucho. No me esperaba que pudiéramos crecer tanto de la mano y eso creo que se merece una buena conversación para saber qué es lo mejor.