Kevin Durant está a punto de reaparecer con los Nets después de perderse un mes y medio de competición tras sufrir un esguince del ligamento colateral medial de la rodilla izquierda el pasado 15 de enero. Su regreso, previsiblemente este jueves ante los Heat, puede cambiar el panorama no sólo de su equipo sino de toda la NBA.

La estrella de los Nets se lesionó durante un partido ante los Pelicans, cuando su compañero Bruce Brown recibió un empujón y cayó de espaldas sobre la rodilla de Durant, que sólo pudo disputar 12 minutos de aquel encuentro.

Hasta entonces, el alero era el máximo anotador de la NBA con un promedio de 29,3 puntos, a los que añadía 7,4 rebotes y 5,8 asistencias. En aquellos tiempos, los Nets tenían un balance de 27-15 y eran segundos en la Conferencia Este. En sus 21 partidos de ausencia, los de Brooklyn han perdido 16.

Durante su baja, los Nets traspasaron a James Harden a los Sixers a cambio de Ben Simmons, una operación que puede modificar el devenir de la temporada. Tanto como el regreso de Durant ahora. Cuando el base australiano esté disponible, en Brooklyn tendrán que intentar encajar un nuevo 'Big Three' con Kyrie Irving, que quizás pueda disputar partidos como local en breve si la ciudad de Nueva York rebaja los mandatos para las personas no vacunadas contra el coronavirus.

Si funciona y Durant se mantiene sano, nadie puede negar que los Nets volverían a ser uno de los claros aspirantes a ganar el anillo.