La saga entre Tyson Fury y Deontay Wilder se puede dar por concluida una vez que 'Gypsy King' detuvo al 'Bombardero de Bronce' en el decimoprimer asalto por KO, tras aplicar al aspirante su propia medicina. De un certero derechazo, el inglés noqueó a su rival con contundencia en una pelea que dominó Fury claramente pasado el ecuador, pero en la que Wilder lo puso en aprietos con dos derribos en el cuarto asalto. Antes, en el tercero, había sido el campeón quién tiró a su rival al suelo. La pelea tuvo mucha dinamita a pesar de los constantes 'abrazos' que se dieron estos dos auténticos superpesados.
El KO de Fury fue la guinda, pero la nata la había puesto el 'Rey Gitano' instantes antes, en el décimo, con una maniobra de superclase. Esquivó y lanzó un gancho con la derecha que hizo besar la lona a su oponente, quien ya no tendrá más excusas que poner.
El británico retuvo el título mundial del Consejo Mundial de Boxeo (WBC) y se mantiene invicto, pero no demostró el dominio absoluto que había tenido ante el estadounidense en los dos episodios anteriores. Deontay estuvo más suelto en ataque, pero evidenció que marcha atrás le cuesta afrontar las acometidas rivales. Fury empezó a ganar el combate en cuanto se decidió a presionar a su rival, al que ya sólo le quedó tirar derechazos una vez el árbitros los separaba.
Wilder no quiso saber nada de su oponente cuando este fue hacia él, tras una derrota inapelable y limpia. "No me quiere. ¿Saben por qué?", dijo Fury. "Porque lo golpeé tres veces. Soy un deportista, me acerqué a él para mostrarle un poco de amor y respeto, pero él no quiso corresponder. Ese es su problema. No sabe perder, es un idiota", agregó. "Deontay es un gran luchador y me ha hecho ganar mucho dinero. Yo siempre dije que soy el mejor y él el segundo mejor", comentó también Tyson, quien se echó a cantar para todo el público tras el combate.