Se ha hablado de tenistas del circuito profesional que hasta cierto punto pueden llegar a usar las dos manos, pero Teodor Davidov, de 10 años, lo hace de forma natural e intercambia la raqueta según el lado desde el que tenga que golpear. El joven tenista no tiene mano buena y mala; ambas son la buena, por lo que no golpea con la no dominante siempre.
Hay quien considera que el cambio de mano lleva demasiado tiempo para ser efectivo en niveles más altos, de ahí que incluso se dé el caso de que alguien maneje las dos manos por igual para jugar al tenis, pero nunca lo termine de desarrollar al optar por una técnica clásica. Podemos recordar el caso de Luke Jensen, que ganó Roland Garros en 1993, o el de Evgenia Kulikovskaya, menos conocida.