Un Real Madrid de frac y champán
El Real Madrid demostró en el Celtic Park que está hecho de algo más que de físico. Nos hemos hartado de alabar la preponderancia atlética de los jugadores blancos en este inicio de temporada, en el que aniquila a sus rivales en las segundas partes a base de un despliegue físico y una velocidad que nadie puede parar. Esto es un hecho.
Pero no solo se puede ganar a base de estar más fresco que el rival. El talento se tiene que imponer también. Así ganó el Madrid la última Champions. Por arreones al final, pero también por saber jugar con mesura y paciencia, con buenos minutos con el balón. Solo hay que recordar la primera mitad en Stamford Bridge, por ejemplo.
En Glasgow el Madrid portentoso también fue el Madrid del frac y el champán. Buena prueba de ellos fueron los tres goles, principalmente el primero y el tercero. El que abrió el marcador vino precedido de una jugada preciosa, en la que se combinaron hasta 22 pases y que concluyó con una bonita pared entre Valverde y Hazard, con espuelazo incluido, y un pase milimétrico del uruguayo a un Vinicius que definió de manera clínica.
Esta secuencia es, según datos de Opta, la más larga de un gol del Madrid en un partido fuera de casa de la Champions desde al menos la temporada 2003-04.
Pero, si el primer gol fue una jugada colectiva de muchos quilates, lo del tercero fue una obra de arte.
Hasta 33 pases dieron los de Ancelotti sin que el rival oliera la pelota, combinando desde casi el área rival hasta atrás, volviendo a empezar, tocando de una banda a otra hasta que Kroos sacó el tiralíneas y Carvajal se lo sirvió en bandeja a Hazard. Una secuencia que es la más larga (en casa y fuera) de los blancos en la Champions desde al menos la 2003-04, según Opta.
Giro a la derecha
Dos goles que demuestran el poderío técnico del campeón de Europa y cuyos dos tantos llegaron por la banda derecha, un flanco que explotaron más que nunca en Celtic Park.
Esto no fue, probablemente una casualidad. El peso de Benzema en el Madrid es tan grande que su pronta ausencia del partido viró el juego del Madrid. Karim tiene la tendencia de dejarse caer por la banda izquierda, juntándose mucho con el otro gran agente del ataque blanco: Vinicius. Sin el francés y con un Vini más discreto de lo normal, el juego fue inclinándose hacia la derecha, con un Valverde imperial.
Por eso no extraña que el 45% de los ataques llegaran por esa banda derecha, por un 35% por la izquierda.
Para ponerlo en contexto, es el primer partido de la temporada desde el inicio de Liga en el que tuvo más presencia de ataque por el lado diestro que por el zurdo. Ante el Almería fue un 53% por la izquierda por un 22% por la derecha.
Ante el Celta fue un 43% vs 29%.
Frente al Espanyol fue un 40% vs 34%.
Y ante el Betis volvió a ser apabullante: 50% vs 23%.
Esto no es un asunto solo de esta temporada. Ya la campaña pasada, el Madrid acabó atacando en total un 43% por la izquierda contra el 33% por la derecha. Y, curiosamente, sin Benzema no lo fue tanto. Por ejemplo, el El Clásico del Bernabéu, donde el francés fue baja, el equipo de Ancelotti repartió sus ataques por ambas bandas casi por igual: 37% vs 38%