La imagen de Carlos Sainz era elocuente tras bajarse a toda prisa de su Ferrari. Sentado en la pequeña loma a la que escaló, primero con el casco y luego sin él, contemplando las zonas calcinadas de su monoplaza, echaba cuentas de lo que se le venía encima.
La cuarta retirada del año, dos por avería (Austria y Bakú), otra por el topetazo de Ricciardo por detrás en Ímola y otra por error suyo en la salida (Australia), suponen cuatro ceros que pesan como una losa. Solo que el del pasado domingo pesa aún más, el doble.
El motor ha quedado inutilizado tras el tremendo fuego originado en plena persecución para adelantar por tercera vez a Verstappen. Irrecuperable, Carlos se verá forzado a estrenar la cuarta unidad, la que ya acarrea sanción y estamos aún a mediados de campeonato.
Este cambio en el motor de combustión interna, que previsiblemente vendrá acompañado de turbo, batería y los MGU-K y H, le obligará a salir al fondo de la parrilla en la próxima cita, el Gran Premio de Francia, que se disputa en un par de domingos. Así que allí, salvo milagro, tampoco habrá una cosecha de puntos excepcional y se alejará aún más de la cabeza en la clasificación general.
Ferrari podría rebuscar entre las unidades utilizadas hasta ahora, con kilometraje ya al límite, pero en un circuito de motor como el de Paul Ricard, se necesita uno fresco.
Además tampoco en Maranello tienen lista la nueva espeficificación mejorada del propulsor, que se espera pueda estar entre Spa y Monza en septiembre, las carreras de velocidad extrema habituales. Así que Carlos tendrá motor nuevo, pero con la espeficicación actual, la que tiene constantes problemas de fiabilidad, y lo reconoce el propio Mattia Binotto.
"Desde luego que todo esto es una preocupación, y viendo lo que le pasó a Carlos, aún no se ha solucionado, pero la gente de Maranello está trabajando muy duro para tratar de arreglar las cosas y van a llegar piezas nuevas", dijo Mattia.
Sus dos pilotos son los primeros en superar las tres unidades permitidas por el reglamento, lo que evidencia que han jugado al límite desde la primera carrera. El final además, con los problemas de acelerador del #16, hicieron que Binotto no pudiera ni ver las tres últimas vueltas de carrera.
"Obviamente, tenemos que ver lo que sucedió con el motor de Carlos, pero es muy probable que le ocurriera lo mismo que Charles en Bakú". cierra. El motor de Bakú del monegasco, que tuvo la fumata blanca, era reacondicionado del que se averió en España, si bien el turbo era nuevo.
Pero esas contramedidas anunciadas entonces no parecen haber funcionado en la unidad montada por Sainz en el Red Bull Ring. Esperemos que sí en el nuevo de Francia. "Parece ser la historia de mi temporada: tan pronto como tomamos un poco de impulso, hay algo que sale mal y es difícil continuar con eso", reconocía Carlos al terminar la carrera