Las críticas a Russell Westbrook como jugador de Los Angeles Lakers han alcanzado un punto inaguantable. La familia, empezando por Nina (mujer de Russell) y terminando por el propio integrante de la NBA, ha alzado la voz ante la deriva que está tomando el juicio público al desatinado paso de Westbrook por la franquicia angelina. La línea roja con la que han estallado públicamente es la de las amenazas de muerte que, según aportan, han recibido últimamente.

La familia Westbrook refleja que, para ellos, son "palabras denigratorias" las que se utilizan para referirse a ellos. Por ejemplo, llamar Westbrick a Russell (un juego de palabras con brick, ladrillo, como si fuera eso lo que lanza y no un balón, en relación a su falta de acierto desde la media y larga distancia). Pero Nina, la primera que denunció la situación con una serie de mensajes en su cuenta de Twitter, va más allá: "Cuando eres acosada a diario por partidos de baloncesto, y recibes obscenidades y amenazas de muerte para tu familia sólo porque tú crees que expresas tu verdad, es difícil seguir a bordo". En su discurso, dirigido especificamente a un periodista de manera sibilina por "el peso" de las crítticas que vierte hacia Russell, habla de su papel, alejado de los focos, y del de su pareja: "Mi marido es una persona propia. No necesito defenderle. Yo le apoyo con todo este odio injustificado que recibe. Mi esperanza es que los jugadores que vengan tras él no tengan que recibir este tipo de críticas por participar del deporte que aman".

Horas después de este speech de su mujer a través de las redes sociales, fuente inagotable de odio tras ua pantalla, fue Russell el que, con voz entrecortada y en el contexto de otra derrota de los Lakers en la casa de los Spurs, habló sobre esta problemática. "Estoy con ella con cómo se siente. Y no es cosa de este año. Han llegado a un punto en el que les afecta de verdad. Todo esto es desafortunado porque se trata de un juego, es un juego y no el final de todo. En el baloncesto no me importa la crítica por los tiros fallados o metidos, pero cuando se maltrata mi apellido tenemos un problema", admitió. Explicó que el profesor de su hijo Noah le mencionó lo orgulloso que éste estaba de llevar ese apellido consigo y que "del 'shock' se sentó" al entender que tenía que hablar públicamente de este problema. "Me tocó. Ya no puedo dejar que la gente maltrate mi nombre llamándome Westbrick. Mi nombre es un legado para mis hijos, pero es un nombre que significa mucho también para mis padres y mi mujer. Ellos han allanado el camino para mí. Le tengo que poner freno. Cada vez que lo escuche, lo diré. Todo está yendo tan mal que mi familia no puede ir a los partidos que jugamos en casa", añadió.

En la rueda de prensa en la que Russell Westbrook hizo estas declaraciones llevaba puesto un collar nada casual. En él estaban las cuatro iniciales de su mujer y sus hijos. Otro gesto más para dejar claro que este asunto es personal, apartado de sus porcentajes y sus decisiones en la pista, y que es su preocupación principal en estos difíciles momentos.