Desde hace meses, la Fórmula 1 mira a 2022. La temporada de la que tan solo se han disputado dos carreras se considera prácticamente de transición antes de la revolución técnica que llegará a los grandes premios para marcar el devenir del próximo lustro. Las escuderías se preparan para tamaño desafío, unas con más incertidumbres que otras.

En el caso de Red Bull, además de la redefinición común a todos de los monoplazas, deben solventar del mejor modo posible la salida de Honda, su proveedor de motores, de la categoría. Seguirán disponiendo de las unidades de potencia facilitadas por los japoneses, pero su desarrollo y mantenimiento serán propios.

Para ello han creado Red Bull Powertrains, departamento de motores que se instalará en una nueva fábrica en su sede de Milton Kynes (Inglaterra). Y para dirigir el proyecto han contratado nada menos que a Ben Hodgkinson, por lo que tendrá que abandonar en 2022 su puesto de jefe de ingeniería de Mercedes AMG.

Todos los recursos

La escudería energética arrebata así a sus rivales más directos, al equipo hegemónico de la era reciente de la F1, al técnico al frente de las unidades de potencia de la marca alemana. Y lo hace con ambición. Christian Horner, su responsable, lo deja claro: “Ben sintetiza nuestra intención a largo, le apoyaremos a él y su equipo con todos los recursos necesarios para tener éxito”.

Para Mercedes la salida de Hodgkinson supone un doble problema. Por un lado, pierden a una pieza clave de su estructura desde hace casi dos décadas. Por otro, el ingeniero lleva debajo del brazo toda la experiencia y conocimiento sobre la tecnología de la escudería de la estrella, algo siempre delicado cuando se producen estas fugas de talento.

De hecho, algunas fuentes señalan que Hodgkinson mantiene ya conversaciones con otros ingenieros de Mercedes con la intención de que se unan a su nuevo proyecto en la competencia. Toto Wolff debe gestionar con tino la cuestión, la salida de más profesionales de su estructura resultaría delicada ante el reto tecnológico que se avecina.

El agravante es que la oferta del nuevo director técnico de Red Bull se basa en un traslado de empresa pero no de ubicación: su departamento está muy cerca de Brixworth, sede de Mercedes.

El frente de Hamilton

Junto al reto tecnológico de la nueva Fórmula 1, Mercedes se enfrenta a la renovación de sus dos pilotos. Deberán decidir si Valtteri Bottas sigue siendo acreedor de uno de sus volantes y, muy especialmente, materializar la continuidad de Lewis Hamilton. Llegar a un acuerdo con el británico para esta temporada ya fue complicado y cerrarlo solo para 2021 indica, sin duda, que la sintonía entre las partes dista de ser total.

Wolff insiste en que confía en mantener a su gran campeón, afirmando incluso que espera que “Mercedes sea el último equipo en su carrera deportiva”. Buenas intenciones que deberán concretarse, sin olvidar que tampoco está asegurado que Hamilton quiera seguir compitiendo a partir de 2022. Si consigue el objetivo de su octavo título, la incertidumbre sobre sus deseos e inquietudes resultará incluso mayor.