Argentina es Messi
Los clásicos del Río de la Plata siempre son duros. Los arranques son ásperos, se juega raspado, no hay espacios. Argentina y Uruguay salieron con todo, pero los de Scaloni jugaron los mejores primeros 10 minutos de todo el ciclo Scaloni.
El ritmo ‘europeo’ en el medio de la cancha se notaba. De Paul, Lo Celso, Nico González y Messi se juntaban y destrozaban a Uruguay con la ayuda e incorporación de los laterales. Y la primera jugada de gran peligro llegaba por la derecha con un Messi volcado como en sus inicios, una diagonal endemoniada, un tiro abierto una gran atajada de Muslera, que despejó a un costado para que Lautaro Martínez no llegue al rebote. Argentina abría la cancha, movía a Uruguay y los ataques albicelestes eran fluidos.
Y de tanto atacar, tanto ir al frente, llegó el gol argentino a los trece minutos de partido tras un córner corto de De Paul para Messi, el del Barcelona aguantó, aguantó, aguantó y gambeteó, tiró un centro medido para que entre Guido Rodríguez y la defensa se meta la pelota en el arco tras pegar en el palo. Argentina se sacaba de encima un peso con un gol totalmente dentro del guion del partido.
Los de Tabárez sufrían el partido, no se sentían cómodos y Suárez protestaba al árbitro brasilero. Mientras, Argentina seguía disfrutando del encuentro y los atacantes lo notaban, con una jugada de Messi que casi termina en una jugada de mucho peligro.
El Maestro estaba preocupado por la actuación de su equipo porque no lograba penetran en la defensa de Argentina cuando los de Scaloni daban un paso atrás y replegaban de manera total. Messi encontraba la pelota en pasillos interiores, además de robar la pelota arriba en determinados momentos, lo que dificultaba mucho la defensa del cuadrado Bentancur-Torreira-Giménez-Godín.
En el ecuador del primer tiempo llegaba la primera gran polémica: Cavani caía adentro del área y Sampaio no compraba. El del United pedía penal al igual que todos sus compañeros, pero el árbitro brasileño no acudió al VAR porque le dijeron que no había nada.
A partir de la media hora de partido, Argentina bajó un poco el nivel de intensidad y presión. Era complicado aguantar todo el primer tiempo así y muestra un poco el debe del equipo de Scaloni: la regularidad.
Argentina los últimos minutos del primer período se dedicó a estar tranquila y defender. Nico González jugaba de volante por izquierda de manera clara, dejando muy solo a un Lautaro Martínez que se mataba con Godín y Giménez. Así nos íbamos al descanso, con una falta sobre el mejor jugador de la cancha, Lionel Messi.
El inicio del segundo tiempo arrancaba con los dos equipos partidos y con la idea de Scaloni de no cometer el mismo error que contra Chile y Colombia: ningún fallo clave en los primeros minutos. Lautaro Martínez no se sentía cómodo y Scaloni decidía darle descanso a los pocos minutos, al igual que Lo Celso, que fue amonestado de manera rigurosa. Joaquín Correa y Palacios ingresaban para darle aire al equipo.
El equipo de Scaloni daba un paso atrás porque el ingreso de Correa dejaba sin referencia a la albiceleste. Argentina tenía que jugar con la pelota y no con los espacios, para que Lionel Messi tuviera el arco de frente. Varios córners seguidos le daban aire a una Argentina que quería un partido calmado, todo lo contrario que Uruguay, que buscaba vértigo.
Scaloni le sacó los socios a Messi y Argentina sufría. Sin pelota, este equipo se siente desprotegido y Messi no está para hacer esfuerzos de 40 metros en todas las jugadas, no es el Messi de 20 años, es el Messi de 34. Además, el bajo nivel de Nicolás González dejaba sin salida por izquierda a la albiceleste.
El ingreso de Ocampo en Uruguay le dio aire a la Celeste. La sociedad con Viña fue buena y un centro del jugador del Palmeiras casi fue el empate de Cavani primero y de Suárez después.
Después, el día de la marmota. Cuando Messi toca la pelota, algo va a pasar. Estando cansado y agotado como hoy, siempre que agarra la pelota en tres cuartos hay olor a gol o peligro en la cancha. En una buena jugada con Di María, Palacios y Correa, el ‘10’ no pudo rematar nunca al arco de Correa.
El segundo tiempo de los de Scaloni se basó solamente en Messi. Ante una Uruguay que no lastimaba nada, Messi era la luz en el faro y el segundo gol se sentía en la cancha, pero el cansancio se sentía.
Argentina dormía el partido, metía la pelota en la esquina derecha del ataque y con la pareja De Paul – Messi manejaba todo. Tres faltas seguidas a favor para que la pelota estuviese lejos del arco de Dibu Martínez. Primer triunfo de los de Scaloni en esta tan extraña Copa América que estamos viviendo en Brasil.