Luka Doncic arranca con un disgusto

Vaya. El jarro de agua fría fue tremendo para los Mavericks, golpeados por un inesperado giro de timón, un cambio radical de guion en Arizona (107-105 final para los Suns). Durante muchos minutos, este no fue el primer partido de la temporada 2022-23 para Suns y Mavs: fue el octavo de su semifinal del Oeste, aquella serie de mayo en la que los texanos remontaron un 2-0 y un 3-2 y ganaron el séptimo con una dominación pocas veces vista a domicilio: 27-57 al descanso 90-123 en un lamentable final del mejor equipo de la última regular season. ¿Esta vez? Parecido, hasta un cierto momento: 21 puntos de ventaja en la primera parte, 45-62 al descanso y 45-67 nada más empezar el segundo tiempo, con 25 puntos, justo ahí, de Luka Doncic.

Y el caso es que los Suns ganaron. Y los Mavs perdieron, claro. Los Suns (diez victorias seguidas contra los Mavericks en fase regular), lánguidos y melancólicos tras esa terrible eliminación, dos años de oportunidades perdidas y un verano con pocas buenas noticias (y la franquicia en venta) parecían abatidos, con más ganas de escribir sonetos que de jugar al baloncesto. Pero reaccionaron, dos veces: de ese 45-67 a un 74-77. Y después, tras otro tirón visitante, de un 78-93 a 8:30 del final a una victoria improbable con un héroe improbable: Damion Lee, pescado de la rotación profunda de los Warriors, anotó en el último cuarto un par de triples y la canasta decisiva, un tiro forzado desde el lado derecho en los últimos segundos. Luego falló un triple Doncic. Y los Mavs se quedaron con cara de tontos para empezar la temporada. Quedan 81 partidos.

Lee (11 puntos de oro) estaba en pista por los calambres musculares de Cam Johnson. Y Cam Payne dirigió al equipo en lugar de Chris Paul, que no regresó al partido después de ver la remontada desde el banquillo (una canasta en juego, 6 puntos y 9 asistencias para el base de 37 años). Devin Booker (28 puntos, 9 asistencias) lideró a Bridges y Ayton (18+10 rebotes) en una remontada que tuvo madera de noche importante, pequeño exorcismo en el desierto, contra el rival que los dejó en primavera noqueados y al borde de la descomposición. Los Suns no tiraron bien, pero en el tercer cuarto se liaron a penetrar, a jugar agresivo y sacar faltas. Creyeron, y remontaron 22 puntos: viven.

¿Y los Mavs? Fue como si dejaran de jugar con ese +22 en el tercer cuarto. Dinwiddie cometió la cuarta falta, Luka Doncic jugó un tramo demasiado pasivo y Tim Hardaway Jr, que volvía, falló muchos tiros cuando podría haber congelado la reacción local. Los Mavs fallaron 13 tiros libres, un crimen en un partido apretado y en el que Doncic batió su récord de aciertos (13/13: 8/21 todos los demás). Perdieron 6 bolas en el fatídico tercer cuarto y tuvieron (tuvo Jason Kidd) alguna duda con la nueva rotación. Christian Wood brilló en su estreno (25 puntos, 8 rebotes) pero fue al banquillo en algún momento en el que estaba manteniendo al equipo con sus fogonazos en ataque. Kidd, la cabra tira al monte, buscó instintivamente más defensa. Y se quedó sin nada, ni adelante ni atrás.

Los Suns tomaron ventaja en el último cuarto (101-100) y apagaron el último intento de Doncic (de 105-100 a 105-105). Y, qué demonios, se dieron un gustazo por mucho que sea el primer partido de la temporada. Doncic, de más a menos antes de su intentó de heroicidad final, acabó con 35 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias. 10/23 en tiros, 2/10 en triples y el citado 13/13 desde la línea de personal. A seguir.

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