Tras el abandono en Melbourne, Carlos Sainz estaba enfadado. Mucho. Decepcionado consigo mismo. Esperaba más de su retorno a Albert Park. El coche acompañaba pero la mala suerte en clasificación, los fallos mecánicos y su error en la primera vuelta (reconocido después) lastraron al madrileño.
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Después del trompo y la salida de pista en la variante de las curvas 11 y 12, su primer cero de la temporada figuraba en la clasificación. Mientras, Charles Leclerc celebraba una nueva victoria y se aleja en la lucha por el Mundial. "Hay que intentar ser más perfectos", declaraba poco después a los micrófonos de 'DAZN'.
Como él mismo sabe, el 'Gran Circo' tiene corta memoria. Lo que hagas una temporada puede no valer a la siguiente. Cuenta el resultado y no las sensaciones, los puntos que llevas al garaje el domingo. Y sobre todo, es crucial hacerlo mejor que el compañero que tienes al lado en el 'box', el que lleva el mismo coche que tú.
Sin embargo, Carlos Sainz debe tener la conciencia tranquila. Es el tercero en el Mundial (tras Leclerc y Russell), y desde Ferrari se transmiten mensajes de apoyo al madrileño.
"Tuvimos que cambiar el volante. En esas condiciones y con el neumático duro, no es fácil para un piloto concentrarse. Lo positivo es que ha vuelto a ser muy rápido y puede hacerlo bien", explicaba Binotto desde Melbourne una vez terminó la carrera.
Un piloto que mejora cada carrera
Carlos Sainz ya piensa en lo que viene. Es, evidentemente, el mejor arranque de su carrera. Un segundo puesto y un tercero. Y todo con una adaptación al nuevo Ferrari que todavía no es completa, como él mismo reconoce.
No obstante, valorando su historial y con los datos en la mano, al español siempre le suelen 'costar' más los inicios de temporada. Carburar después del invierno, encontrar la sintonía al monoplaza. Eso o simplemente que le acompañe la suerte, algo que no tuvo con McLaren en 2019.
Desde que dio el salto a la Fórmula 1, allá por 2015 (lleva ya 8 temporadas entre los mejores pilotos del mundo contando esta), las tres primeras carreras del Mundial nunca han sido las mejores de su temporada. Y cuando la muestra es tan amplia, hay motivos para pensar que 2022 puede seguir el mismo camino.
En 2021, por ejemplo, el año de su debut en Ferrari, firmó cuatro primeros Grandes Premios sin podio. Después de Montmeló llegaron cuatro podios con la Scuderia. Los dos puestos del cajón cosechados con McLaren llegaron también avanzada ya la temporada.
Por ahora, el buen rendimiento de Ferrari parece augurar un gran Mundial 2022 para los italianos. El temor a la reacción de Mercedes o que Red Bull encuentre la estabilidad existe, es obvio, pero ahora mismo todos van a remolque del coche rojo. No hay motivo para pensar que la dinámica ascendente del madrileño a lo largo de cada temporada no se vaya a repetir también en este 2022.