Los Phoenix Suns se impusieron en el primer partido de las Finales tras ganar a Milwaukee Bucks por 118-105. Se colocan, de esta forma, a tres partidos del Olimpo del baloncesto mundial.
Chris Paul, Devin Booker y Deandre Ayton volvieron a ser fundamentales para asegurar el triunfo que pone la primera piedra del camino hacia el anillo para el equipo de Monty Williams.
El partido comenzó impreciso por ambos bandos, con numerosos fallos en los tiros de larga distancia. Sólo Booker parecía poner un poco de cordura, y con sus 12 puntos tras el primer cuarto, Phoenix Suns se ponía por delante.
Continuó el equipo local con las buenas sensaciones para poner una diferencia de ocho puntos cuando el partido llegó al ecuador.
Fue entonces cuando el genio Chris Paul frotó la lámpara y los deseos de los de Arizona se hicieron realidad.
Con el base de Carolina del Norte a los mandos, el conjunto dirigido por Monty Williams se hizo dueño del partido y comenzó a encontrar las grietas en la defensa del equipo de Wisconsin.
Con una diferencia de 16 puntos se llegó al último cuarto, donde una tímida reacción de los visitantes comandada por Khris Middleton casi da al traste con las aspiraciones de Paul, Booker y compañía. Finalmente los Suns tiraron de oficio y dieron el primer golpe en la serie.
La consagración de la nueva camada
Devin Booker y Deandre Ayton han demostrado que ni mucho menos les han venido grandes los playoffs. Al contrario. En su primer año disputando las eliminatorias, ambos han dado muestra de jugadores de categoría, que se crecen ante escenarios adversos. Las miradas estaban puestas en ellos, y respondieron. Ayton además dejó una curiosa estadística que le coloca a la altura de los más grandes.
El papel de Antetokounmpo
El griego firmó un partido más que correcto teniendo en cuenta que llegaba entre algodones al inicio de la final. Aportó 20 puntos, 17 rebotes y 4 asistencias en 35 minutos de juego. Además de sus números, el dos veces MVP dejó muestras de su categoría defensiva, firmando la jugada del partido.
En el tercer cuarto pareció resentirse de su lesión de rodilla, pero finalmente logró terminar el partido sin problemas. Todo quedó en un susto, y el jueves volverá para buscar su revancha.
Esto solo ha sido el primer capítulo de una prometedora saga que, por el bien del espectáculo, esperamos sea larga.