En la reunión que mantuvieron este mañana el director de fútbol, Mateu Alemany, junto al entrenador, Xavi Hernández, y el secretario técnico, Jordi Cruyff, en la Ciutat Esportiva se vivió un baño de realidad importante. Y es que, según ha podido saber AS, durante la cumbre reinó cierto pesimismo ante el volumen de carpetas abiertas que tiene que afrontar la entidad en los próximos meses y la posibilidad de llevar a buen puerto todas y cada una. Tanto algunas salidas como entradas están a día de hoy tan enquistadas, que las previsiones no invitan a una solución inminente ni mucho menos.

Para empezar, Alemany fue claro y conciso en su exposición. El club no puede afrontar ningún fichaje hasta que no se activen las palancas y empiece a fluir el dinero. El problema es que el volumen de liquidez que necesita para empezar a moverse está más cerca de los 500 millones que de los 200. Ahora mismo, la palanca que parece más próxima es la venta de un 10% de los derechos televisivos de LaLiga, que reportarían cerca de 200 millones de euros al club.

Pero aún necesitaría el doble para sanear la deuda de esta temporada, próximas a los 460 millones, por lo que la activación de la palanca BLM y la venta de algún jugador importante se vislumbran como vitales.

En todo caso, el área deportiva marcó las prioridades, donde Robert Lewandowski y Jules Koundé se mantienen inalterables, aparte de los ya fichados Frank Kessié y Andreas Christensen. El resto de operaciones están en el aire y dependerán de la capacidad del presidente Joan Laporta en generar liquidez. Fichajes como Marcos Alonso y César Azpilicueta no supondrían un gran desgaste para las arcas del club y están bien encarados. Sin embargo, otros como Raphinha y Bernardo Silva sí necesitan más músculo financiero, que ahora mismo el club carece por completo.

En cuanto a las salidas, Alemany puso al día a Xavi, con los grandes retos de dar salida antes de una semana a jugadores como Riqui Puig, Óscar Mingueza. Clement Lenglet, Samuel Umtiti y Martin Braithwaite. Caso especial merece Ousmane Dembélé, que estaría muy cerca de aceptar una renovación a la baja, mientras que la salida de Frenkie de Jong se mantiene en la agenda blaugrana, siempre y cuando la oferta sea superior a los 80 millones de euros.